lunes, 16 de febrero de 2015

Saliendo del lado oscuro de la maternidad.

     No he encontrado un título más acorde con lo que estoy sintiendo estas últimas semanas. Un año después del nacimiento de Pequebatallas empiezo por fin a ver la luz. Porque a mi personalmente la segunda maternidad me ha sumido en una época un poco complicada. Se que a muchas "madres de dos o más" les sonará todo esto a chino, supongo que las circunstancias influyen mucho. Tengo una vecina con tres niños también seguidos, que no sabe ni de que le hablo. Una de las cosas que creo, es que en la segunda maternidad la ayuda es fundamental, en su caso puede permitirse a alguien que limpie y ordene su casa, el comedor del cole, etc...
     Papabatallas es de gran ayuda pero este año o ha estado trabajando o en el paro estudiando y ha vuelto a casa a las diez y media de la noche con los niños ya dormidos. Si a estar sola, unimos la tosferina y distintos problemas de salud de Pequebatallas reconozco que a ratos esta doble maternidad se me ha hecho muy cuesta arriba. No quiero que nadie me malinterprete quiero mucho muchísimos a mis hijos, son mi vida y una sonrisa suya te recompensa el trabajo, pero creo que una cosa no quita la otra. 
     Me he pasado este año corriendo, agobiada, dividiendo el tiempo, entre cenas, casa, niños, trabajo, no he tenido casi tiempo para mí, he pasado a un segundo plano y cuando no lo he hecho, me ha dado la sensación de que ha sido a costa de sobrecargar a mi madre y perdiendo el tiempo de estar con mis peques.
     Me ha costado reconocer mi cuerpo en el espejo, reconocerme a mi misma y más de una vez me he preguntado si esto era como quería hacer las cosas.        He perdido los nervios a la vigésima vez que pedía a Nenebatallas que se pusiera los zapatos porque llegábamos tarde, después de gritar he pensado que quizás había que gritar a la treintava, para luego pensar que algo estaré haciendo mal si lo tengo que repetir más de una vez, he decidido ponerle yo los zapatos y a medio camino he reculado porque entonces la espera no habría válido de nada y tomada la decisión final, me he quedado con la duda de si era la acertada. ¿Esto le pasa a alguien más? 
     Ahora un año después, Nenebatallas entiende más, razona mejor, pequebatallas aunque no recuperado del todo, (la semana pasada estábamos con las mascarillas y el ventolín a cuestas), llora menos, se entretiene más. Me ha costado un poco y aunque me arrepiento mucho de algunas cosas, he aprendido a respetar mi yo pasado y a adaptarme a mi yo actual, he conseguido sacar tiempo para volver a leer, que es algo que me ayuda a desconectar, a encajar todas las piezas del puzzle lo mejor posible. Me quedan muchas cosas en el tintero pero poco a poco. 
     Espero que tengáis muy buena semana. Un beso
     

lunes, 2 de febrero de 2015

Poner límites a la familia política II

     Todavía me escriben comentarios en la primera entrada que escribí de esto, así que he pensado en escribir como lo llevo o sobrellevo tres años después. La verdad es que creo que al final hay que convivir y no merece la pena un enfrentamiento.
     Es cierto que de vez en cuando nos sentimos pisoteados, porque a pesar de ser los padres no tienen en consideración lo que opinamos o pedimos. Por poner unos ejemplos:
     Hace ya bastante tiempo creo recordar que Nenebatallas tenía un año, estábamos en casa de mi suegra y había bombones, "¿Puede coger uno?, yo conteste:  "No, que tienen frutos secos y todavía no se le pueden dar, por el tema de las alergias", (aquí a criterio de cada uno, nosotros el tema alimentación lo llevamos según nos indica el pediatra). A los cinco minutos me levanto al baño, cuando vuelvo me encuentro la siguiente escena: Mi suegra metiendo al niño por la fuerza un bombón en la boca tirándole de un brazo para acercarle donde estaba sentada, (porque lo que digo son tonterías) y papabatallas tirándole del otro brazo intentando sacarle el bombón. Nenebatallas sin entender que pasa, asustado,llorando sin parar. En cuanto llego al salón la escena termina mi suegra suelta al niño, papabatallas lo calma. Mi cuñada me cuenta lo que ha pasado y yo alucino pero me siento y hago como si nada, ¿Para que?.
     Otro día mi cuñada nos invita a comer, Nenebatallas no quiere comer a pesar de que le gusta lo que tiene en el plato. Nosotros no le damos otra cosa, mi madre lo hacía y yo acabé comiendo bastante mal. Si quiere que coma y si no ya merendará más. Al poco descubro que mi cuñada le está dando al niño chucherías y pan a escondidas cada vez que Nenebatallas pasa por su lado.
     La última que recuerdo ha sido estas navidades, los cumpleaños de los niños están muy juntos a la navidad, el año pasado como nos juntamos bastante familia y todo el mundo compró regalos a los peques, tuvieron 24 regalos. No queremos eso, el piso es pequeño, no podemos guardar tanto trasto, los niños al final ni valoran ni juegan con nada. Decidimos decir a la gente que si querían comprar algo a los niños por los cumpleaños bien, pero que en navidad no compraran nada, sólo los abuelos. Que nos encontramos, con comentarios de "Yo eso no se lo voy a hacer a mis sobrinos, que crueles sois  y yo voy hacer lo que me de a mi la gana". Acabé discutiendo con Papabatallas, porque mi familia cumplió su parte, ni mis primos, ni mis tíos, regalaron nada en navidad, su familia no.  
     Al final, Papabatallas me abrió un poco los ojos, ¿Que hemos conseguido hasta ahora?, nada. Decimos las cosas, la gente nos juzga, nos pone de raros para arriba, cada uno tiene sus ideas y es difícil cambiarlas, al final hacen lo que quieren y nosotros acabamos discutiendo y eso no merece la pena. Y tiene razón, hay que convivir, cuanto menos te afecte la familia mejor, cuanto menos discutas por ellos mejor. Creo que al final hay damnificados, por temas como estos, vemos a cierta gente poco o nunca les dejamos a los niños si nosotros no estamos delante. A veces decimos lo que nos parece mal o no nos gusta, a veces nos escuchan otras no, pero no nos llevamos el mal rollo a casa. Como os he dicho al final es la familia, hay que convivir y toda relación tiene cosas buenas y malas. 
     Pasad buena semana y portaros bien. Un beso
     
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