Aspirador Vs Lavadora

     Pues como ya dice el título, el post de hoy va de electrodomésticos, que al menos en bebebatallas provocan amor y rechazo a partes iguales.
     Un miedo profundo, que no nos explicamos al aspirador, por el ruido estaréis pensando, pues no, al aparato en sí, si por un casual abre el armario donde la guardamos, grita como un poseso y pone pies en polvorosa a su estilo, ya sabéis, no le importa que o quien se ponga por delante.
     Cuando la sacamos del armario lo mismo, se pone a llorar mientras gatea a una velocidad pasmosa en cuanto la ve, si puede se sale del salón, si no puede huir o refugiarse en uno de sus progenitores, se va al rincón más alejado y abre la puerta de un mueble bajo que tenemos en el salón para enconderse detrás, llorando y asomándose de vez en cuando por encima de la puerta para ver si el temido aspirador sigue ahí.
     Hemos intentado que toque el aspirador para que vea que es inofensivo, pasar el aspirador con el en brazos, (bastante agotador por cierto, aunque de todas formas no llega a tres minutos lo que uno puede aguantar sin que los lloros de bebebatallas lesionen tu tímpano), en fin que ya no se nos ocurre nada.
     En cambio la lavadora le apasiona, no importa lo que le pase, hambre, dolor, berrinche incontrolable... que si la lavadora está en funcionamiento no hay nada más importante en su existencia, se sienta enfrente como si de un televisor se tratara y ya no hay niño. No le dejamos mucho tiempo no sea que se maree o se hipnotice centrifugado va, centrifugado viene. Ja, ja.
     Si no está encendida no importa, el abre y cierra la puerta, acaricia los botones, mete la mano, da vueltas al tambor y si hay ropa te la pone toda en el suelo en un segundín, vamos que le falta tender. Seguro que cuando sea adolescente, si un día le mando poner la lavadora se hará el tonto.
     A mi madre se le rompió la lavadora la semana pasada, el técnico se la llevo para repararla, así que durante una semana bebebatallas ha corrido a la cocina de la abuela y se ha encontrado con un hueco vacio, pobre, ponía cara de pena y nos miraba como diciendo que ha pasado aquí. Hasta esta mañana, según mi madre cuando ha llegado el técnico con la lavadora, bebebatallas se ha puesto a gritar y a reír, menos mal que al técnico le ha caído gracioso y no se ha molestado por tardar el doble, ya que bebebatallas no le dejaba instalarla, quería meterse dentro de la lavadora y abrirla y toquetear los botones, le echaban de la cocina y el tío volvía con más rapidez si cabe abalanzandose sobre la puerta de la cocina, vamos un show.
     El resto de electrodomésticos ni fu ni fa, el lavavajillas le gusta si está abierto,  pero la televisión no le llama nada la atención, que no estaría mal que se entretuviera diez minutos, diez al día, (fijaos que birria pido), viendo los dibujos, para que pudiéramos vestirnos sin salir detrás de él por el pasillo con el pantalón a medio poner o para hablar por teléfono o algo así.
En fin ya os iré contando como evolucionan estos amores y odios. 
Un saludo, buena semana.