¡FELIZ AÑO A TOD@S!, espero que hayáis empezado con muy buen pie, yo este año lo empiezo sin grandes expectativas pero si deseando que este año sea mejor que el anterior.
Me ha parecido que para empezar el 2017 en el blog, que mejor que con un SORTEO de un set de Mamichic, que son expertos en dentición, sus mordedores de silicona están testados en hospitales, maternidades y centros de atención temprana por odontopediatras. Lo mejor es el diseño porque son collares o pulseras para mamá pero mordedores para los peques, es algo práctico y muy cómodo.
Aquí tenéis algunas de sus características y ventajas:
-Puede ser de gran ayuda durante la lactancia, ya que el bebé descarga el reflejo palmar agarrando el collar, lo que evita pellizcos y arañazos durante las tomas.
- Alivia las molestias de la dentición. Las piezas rotan suavemente sobre la membrana gingival, favoreciendo el brote dentario y aliviando así las molestias propias de la dentición.
- Son 100% silicona orgánica anti bacteriana
- Sin BPA, Ftalatos, metales o cadmio
- Certificado su uso en Puericultura.
- Se puede lavar en el lavavajillas o con agua y jabón.
- Los collares y cordón repelen el agua y secan de inmediato.
- Además se pueden enfriar en la nevera para proporcionar un mayor alivio al bebé.
No se a vosotros pero a mi me han gustado mucho, personalmente utilice una pulsera con Pequebatallas y fue de gran ayuda, porque hasta que la tuve no paraba de morderme en la mano, me resultó algo muy práctico y fácil. Además al llevarlo puesto, no me lo iba dejando en cualquier sitio, que he perdido más de un mordedor en la calle o en casa. Así que os recomiendo que participéis, si no es para vosotros siempre podéis hacer un regalo a alguna amiga o familiar embarazada.
El sorteo es válido sólo para la Península. Para participar sólo tenéis que dejarme un comentario aquí debajo, en facebook (también debajo de la publicación) o mandarme un email. Podéis apuntaros hasta el día 27 de Enero intentaré anunciar el ganador como tarde ese fin de semana, será Mamichic quien os realice el envío de un set que consta de tres productos a vuestra casa. No se que modelos serán los que os manden pero podéis echar un vistazo en su web.
¡Mucha suerte!
Mostrando entradas con la etiqueta maternidad. Mostrar todas las entradas
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miércoles, 18 de enero de 2017
lunes, 24 de octubre de 2016
Opinión del libro: "El cerebro del niño explicado a los padres"
Este libro llegó a mis manos prestado por mi amiga ihortal , que además es la autora de la foto del Dr. Alvaro Bilbao que aparece en "El cerebro del niño explicado a los padres", le agradezco su paciencia ya que mi ritmo lector es últimamente tan lento que el libro lleva viviendo más tiempo en mi casa que en la suya. Es un libro que tenía muchas ganas de leer.
Cuando le he preguntado a Papabatallas que le ha parecido el libro me ha dicho que "muy bueno, conciso y con buenos ejemplos", a mi por el contrario a veces me ha resultado un poco espeso, o quizás era yo la que estaba espesa, también es verdad que me agobiaba un poco todo lo que parece que hago tirando a regular con los niños. Con eso no quiero decir que el autor intente crear un dogma, estilo Estivill, al contrario. Si no que muchas veces mientras leía pensaba en porque no se me había ocurrido antes eso a mí, si la solución era tan sencilla, pero como todo, lo difícil es aplicarlo en nuestra vida diaria.
Si es cierto que tanto Papabatallas como yo, en algunos momentos de tensión, nos hemos sosegado cuando hemos recordado lo leído.
Personalmente me ha gustado mucho el capítulo de Comunicación cooperativa, he seguido sus ejemplos y han funcionado muy bien con Pequebatallas, también he puesto en práctica sus consejos de premiar la habilidad que el niño ha usado, (concentración, ingenio...) en vez de el trabajo en sí.
En general creo que es un libro que merece la pena leer. Para entender mejor a nuestros hijos y para adquirir algunas herramientas que nos pueden resultar útiles.
En mi lista de libros pendientes tengo "Como hablar para que sus hijos escuchen y como escuchar para que sus hijos hablen" y el libro de Nuria Pérez "Manual profesional para exploradores, súperhéroes y aventureros urbanos".
¿Habéis leído alguno? ¿ Que os han parecido?
martes, 22 de septiembre de 2015
El raro caso del pie de Nenebatallas.
Voy a escribir sobre el tema pie pero no porque tenga ganas, no se que me pasa que pero no quiero tratar el tema, está todo muy reciente, tengo la sensación de que todavía no lo he procesado. Pero muchos me preguntáis y después de daros la tabarra os merecéis la historia. Tampoco se que voy a contar si saltarme parte para que no sea un aburrimiento, si contar todo... Desde luego que daría para varias entradas. Así que, así a lo loco empiezo y ya veremos como acabo...
El martes de carnaval Nenebatallas se levantó con el pie hinchado, el día anterior no había pasado nada, ni un golpe, nada. El pediatra dijo que era un virus en la sangre que igual que te puede afectar a las anginas podía afectar a una articulación o a varias, una artritis. Y así pasamos el primer mes, a mi Nenebatallas no me dejaba ni que lo tocara, así que tuve que llevarlo a una amiga también fisio, que me decía que el niño mejoraba pero que no sabía porque no acaba de estar bien. Ante mi insistencia el pediatra nos hizo unos análisis ya incluyendo reuma, artritis, infecciones varias, alergias... salieron bien excepto por la presencia de un virus, pero no sabían cual, ni si ese virus era el causante. Íbamos al pediatra unas dos veces a la semana, una de ellas, ante nuestra insistencia y sus pocas respuestas, nos hizo un volante y nos fuimos al hospital. Allí nos asignaron un pediatra hospitalario, nos vieron cuatro médicos distintos y un reumatólogo en la ecografía se veía inflamación pero no había líquido suficiente como para extraerlo. El posible diagnóstico era artritis reumatoide juvenil, que es degenerativa. Pero para saberlo había que esperar, nos mandaron radiografías, otra analítica de otras tropecientas cosas y un fondo de ojo, porque puede causar lesiones oculares. Esa misma tarde se lo llevé a otra compañera que está a punto de jubilarse que me dijo que ella creía que no era esa enfermedad pero que me tranquilizara porque ahora había muchos avances...Ella se inclinaba más por el valgo de rodilla del niño que se había juntado con el virus.
Las pruebas salieron todas bien, quitando el virus que estaba remitiendo, pero sin mejoría aparente de los síntomas de Nenebatallas, así que nos dieron otro mes de margen, porque se considera artritis si la inflamación dura seis meses mínimo. El reumatologo dejo pendiente una resonancia, para ver si arrojaba más luz a lo que estaba pasando, como había que hacerla con anestesia nos tenía que enviar a Madrid. Y mientras nos derivaron al traumatologo, el primer día nos dijo que el niño estaba bien que hiciéramos vida normal. Yo le dije:"El niño no anda bien", "¿ah no?, (le manda andar), uy es verdad, que mal, vamos a hacer una radiografía de caderas, para descartar", ¿Perthes?, pregunté. Al hacer yo esa pregunta tuve que aclarar que yo era fisioterapeuta y no se si le molestó.
La radiografía también salió bien. Decidió pedir una resonancia de cadera, para entonces todavía no nos habían hecho la resonancia del pie, porque Madrid no había contestado. Recuerdo sobretodo la impotencia y el enfado porque nos dimos cuenta de que no tenían ni idea de que le pasaba al niño. Hablamos con el pediatra hospitalario le dijimos que no queríamos meter dos veces al niño en la resonancia, que si le dormian que fuera ya para mirar todo y que no entendíamos que uno quisiera mirar el pie y el otro la cadera. Eso sólo nos mostraba que no tenían ni idea de donde buscar ni de que buscaban. Empezamos a plantearnos si los celos porque Pequebatallas estuviera empezando a andar o si de tantos meses con el pie hinchado ya no sabía cual era la marcha correcta, pero nada nos cuadraba. El tema de la resonancia se solucionó rápido cuando el pediatra me llamo al día siguiente para decirme que nos habían denegado la resonancia por motivos políticos, si habéis leído bien. Para entonces ya habíamos emigrado a otra ciudad en busca de soluciones, mi amiga que le seguía tratando me dijo que algo se le escapaba y que llamara al terapeuta de craneo sacral (TCS) del que ya os he hablado alguna vez, la lista de espera de un año que suele tener me había echado para atrás y efectivamente me derivó a otro de su confianza.
Pusimos todas nuestras esperanzas en él, cuando llegamos a su consulta nos dijo que creía que podía solucionarlo en una sesión, pero cuando empezó a tratarlo no sólo estuvo una hora, estuvo dos (el destino quiso que el paciente posterior fallara), un detalle por parte del paciente y del TCS que sólo nos cobró una hora. Nos dijo que no esperaba encontrarse lo que se había encontrado nos dijo que el niño estaba hecho polvo pero que el creía que no era artritis, que se iba a curar pero que con tiempo. Parecía muy seguro y me lo creí lo justo, porque para entonces yo era ya una madre lunática y desquiciada a la que le daba miedo que su hijo hiciera cualquier cosa, gimnasia en el cole, que pisara un juguete, Nenebatallas estaba mucho peor por las mañanas y a mí me daba miedo levantarme cada mañana porque no sabía que me iba a encontrar.
El día posterior a la TCS mi madre me dijo que aunque siguiera andando mal, (para entonces en vez de cojear andaba con el pie totalmente hacia fuera), Nenebatallas volvía a ser el mismo, volvía a estar contento, a no estar enfadado, a ser más paciente y a sonreir. Para algunos de nuestros familiares la TCS es como brujería y a mi me cuesta mucho explicar en que consiste esta técnica incluso a mis pacientes, a pesar de las pruebas científicas se que es difícil de entender y a muchos profesionales sanitarios les suena a chino. El pediatra, me decía que lo que tenía que hacer era conseguir que me derivaran a la Paz o al niño Jesus, como él no podía, al ser distinta comunidad tenía que se mediante enchufe y no conocíamos a nadie, me dijo que hablara con el defensor del pueblo. Recuerdo salir de allí llorando como una magdalena y su disculpa por no poder hacer más.
Poco a poco Nenebatallas empezó a mejorar, pero cuando yo mejor le veía peor le veía su profe en el cole, lo que me hacia dudar de si de verdad estaba mejor o era que la esperanza que me cegaba. Lo que también me generó mucha angustia.
Empezó a caminar bien si se lo decías, luego a andar bien si andaba despacio, a levantarse peor pero luego estar casi normal, a caminar bien pero a correr mal... Creo que bien bien lleva desde julio.
Lo apoteósico fue nuestra tercera visita al traumatologo y fue tal cual lo cuento, no invento nada. Creo que fue en mayo. Nos dijo que veía al niño mejor (no gracias a él, pensé), pero que no iba a mejorar mucho más por el valgo de rodilla, yo le dije que el niño siempre ha tenido el mismo valgo y andaba bien. Nos dijo que no nos creía, que el niño no podía ni haber corrido, ni andado bien nunca, que lo que teníamos que hacer era aceptarlo y aceptar el hecho de que sería un niño torpe y discriminado en el colegio porque nadie le elegiría para jugar en su equipo. Me espetó un ¿Tu que eres fisio que crees que tiene?, le dije que yo notaba el astrágalo (un hueso del pie) empastado y dijo que eso eran palabras mayores, "¿Que quieres radiar al niño para quedarte tranquila?". Decidí no discutir, me calle la boca y salimos de allí. De camino a casa y a costa de este señor tuvimos Papabatallas y yo una bronca.
Si hiciera un resumen sería miedo, impotencia, angustia. Al final pienso que ha sido un cúmulo de cosas.
Ya está superado pero sinceramente a veces tengo miedo de que pueda repetirse.
Cambiando radicalmente de tema, sigo buscando a Vanesa A. La ganadora del concurso de Percentil.
Buena semana.
Cambiando radicalmente de tema, sigo buscando a Vanesa A. La ganadora del concurso de Percentil.
Buena semana.
martes, 15 de septiembre de 2015
De sentirse juzgado y de lo políticamente correcto.
He pensado muchas veces en escribir esta entrada y al final no lo he hecho, más que nada porque no quiero que si algún aludido me lee, se enfade. Así que si me conoces quizás deberías dejar de leer aquí, porque después de dar muchas vueltas he decidido que necesito escribirlo, al fin y al cabo este es mi espacio. Y no culpabilizo a nadie, ya que soy consciente de que somos nosotros los que decidimos la importancia que damos a los comentarios de los demás y de que según como estamos anímicamente nos afectan más o menos.
Tengo la sensación de que sólo se pueden decir cosas bonitas de la maternidad, si te quejas está mal visto. Pero la maternidad como todo en esta vida tiene cosas buenas y cosas malas. Y con la malas no me refiero a no dormir, no poder salir, etc... Si no a la preocupación y al miedo.
Durante estos meses que hemos arrastrado el problema de salud de Nenebatallas he vivido una montaña rusa, recuerdo una noche que el niño no podía dar un paso, iba arrastrado, agarrándose a la pared, sin quejarse, sin decir nada. Recuerdo mi sensación de querer morirme, de angustia de miedo, de no saber que le pasaba, del rosario de médicos que no daban respuestas, las pruebas salían bien, pero no sabíamos que era, el no poder hacer vida normal, la mirada del resto de las madres del cole de pena, la incertidumbre y la impotencia por no saber donde más acudir. También era consciente por mi trabajo de que hay niños que están mucho peor, con enfermedades más grave, así que a veces hasta me sentía culpable de sentirme tan hundida.
Un día estando con una amiga, yo lloraba (igual que ahora al recordarlo) y ella también de verme, me dijo que no sabía que decirme con respecto al niño, pero que por favor yo me cuidara, que me iba a dar algo y estaba preocupada por mí. Yo entonces exploté y le dije que quizás yo no debería haber tenido hijos, (esta frase sólo se la había dicho antes a mi madre, a la que le faltó darme un bofetón y me soltó un: no digas esas cosas a ver si encima el universo te va a castigar. Lo que añadió más miedo y sentimiento de culpa a lo que yo ya sentía). Mi amiga en cambio me dijo que porque lo decía, intenté explicarle como me sentía y que sabía que en esos momentos yo no estaba siendo buena madre, porque después de más de tres meses era incapaz de ocultar a mi hijo mi preocupación, mi tristeza, que estaba enfadada por la situación y saltaba a la mínima con todos los de mi alrededor incluidos ellos. Que los niños notan todo y les traspasamos los sentimientos y yo lo estaba haciendo fatal. Mi amiga me dijo algo que le agradeceré eternamente: "Te entiendo, yo estaría igual o peor". Procesé la frase y no volví a decir aquello, sólo eramos unos padres, pasando por un momento emocional malo, con mucha preocupación por no poder ayudar a su hijo. A mi también se me juntó un poco con problemas de trabajo, el paro de papabatallas y problemas familiares varios, que aunque pasaron a un segundo plano, ahí estaban. Pero con mi madre fue la primera vez que me di cuenta de que hay cosas que no es políticamente correcto decir.
Pensaba que esto se había quedado ahí, pero hace poco en un grupo de whatsaap de amigos de toda la vida se le decía a una embarazada que aprovechara para dormir, nosotros que somos los únicos del grupo con hijos, les dije que aprovechara para oír las películas e ir al baño sólo. De verdad que no lo dije a mal. No recuerdo quien empezó a poner las típicas frases de "los niños son lo mejor y más importante que te puede pasar en la vida, una sonrisa lo compensa todo, cuidar de alguien es reconfortante para el alma" (esto hay mucha gente que no lo piensa cuando la persona a cuidar tiene 80 años...). Contesté y de verdad no quise ofender, si no más bien intentar entrever que no todo es maravilloso, con un "uy preguntarle a papabatallas", cometí el error de no añadir una carita de esas que sacan la lengua. Porque todo se desmoronó a mi alrededor empecé a recibir comentarios sobretodo en privado, en los que me sentí juzgada, me sentí mala madre, se me acusó de querer desanimar a la gente que quería tener hijos, etc...No era la primera vez que recibía, bien en persona o bien por la espalda este tipo de comentarios, cuanto no te apuntas a planes o cuando te ven agobiada. Para ser justa también recibí privados de gente diciéndome que no hiciera caso y que sabían lo que yo había querido decir. Al final me vi teniendo que aclarar en público y privado, algo que para mi es algo que debería estar fuera de toda duda. "Que queríamos a nuestros hijos por encima de todas las cosas, que no queríamos que les pasara nada malo y que no nos molestaban en absoluto". Me pasé varios días triste, sólo de pensar que alguien dudara de aquello o viera mala fe en mis palabras. Después de mucho pensar he decidido que si quiero desahogarme no lo haré, que a partir de ahora hablaré lo menos posible de mis hijos y contestaré con monosílabos para que nada resulte malinterpretado. Pero señores tengo la lengua larga, nos invitaron a una cena en este grupo, no sabíamos si ir o no porque Nenebatallas a las nueve y media está dormido y si se le pasa la hora como cualquier niño, se emberrincha. De pasada mientras recogíamos le pregunté a Papabatallas que debíamos hacer y me contestó: "Pon que vamos y si los niños se ponen pesados, nos venimos sin cenar". Lo trascribí sin pesar pero nada más enviarlo, pensé "mierda mierda mierda", he puesto pesados en vez de "si se cansan". Desee que nadie lo malinterpretara pero ya me sentí mal. Ayer me encontré a chica que está embarazada, yo venía de un viaje a otra ciudad de una revisión de Nenebatallas le dije que estaba cansada y que mi madre y yo habíamos hecho un intento de compra pero que había resultado horrible (esa fue la palabra que usó mi madre, mientras yo estaba en la cola de la caja y ella perseguía a los niños que corrían en direcciones opuestas)."Deja de reírte (Pequebatallas estaba monísimo probándose todos los collares y pulsares brillantes de la tienda y moviendo las muñecas sin cesar para que sonaran y yo estaba disfrutando de ver a Nenebatallas correr, algo impensable meses atrás), esto es horrible, deja lo que vayas a compra y vamonos porque no me hago con ellos". El caso es que al pronunciar yo la palabra horrible delante de esta chica me pareció que ella puso cara, yo me enfadé conmigo misma y cambié de tema le pregunté si ya tenía ganas de que naciera. Respuesta: "No a mi el niño no me molesta...". De primeras pensé en lo afortunada que es por llegar al noveno mes sin grandes contratiempos, de dolores o pesadez, luego me dio por pensar si había alguna crítica velada. Lo sigo pensando un día después. Porque quiero y querré a mis hijos por encima de todas las cosas, como nunca creí que podría amar, pero también me siento incomprendida, juzgada y a veces sola.
Una cosa tengo clara, cuando te conviertes en padre, todo el mundo parece saber acerca de todo, que alimentación, como llevarla a cabo, como educar, "esto así no, yo lo hice así, de toda la vida se ha hecho de otra manera...", colecho si, no, castigar, premiar... En general, a todos nos sobran juicios y nos falta empatia.
Tengo la sensación de que sólo se pueden decir cosas bonitas de la maternidad, si te quejas está mal visto. Pero la maternidad como todo en esta vida tiene cosas buenas y cosas malas. Y con la malas no me refiero a no dormir, no poder salir, etc... Si no a la preocupación y al miedo.
Durante estos meses que hemos arrastrado el problema de salud de Nenebatallas he vivido una montaña rusa, recuerdo una noche que el niño no podía dar un paso, iba arrastrado, agarrándose a la pared, sin quejarse, sin decir nada. Recuerdo mi sensación de querer morirme, de angustia de miedo, de no saber que le pasaba, del rosario de médicos que no daban respuestas, las pruebas salían bien, pero no sabíamos que era, el no poder hacer vida normal, la mirada del resto de las madres del cole de pena, la incertidumbre y la impotencia por no saber donde más acudir. También era consciente por mi trabajo de que hay niños que están mucho peor, con enfermedades más grave, así que a veces hasta me sentía culpable de sentirme tan hundida.
Un día estando con una amiga, yo lloraba (igual que ahora al recordarlo) y ella también de verme, me dijo que no sabía que decirme con respecto al niño, pero que por favor yo me cuidara, que me iba a dar algo y estaba preocupada por mí. Yo entonces exploté y le dije que quizás yo no debería haber tenido hijos, (esta frase sólo se la había dicho antes a mi madre, a la que le faltó darme un bofetón y me soltó un: no digas esas cosas a ver si encima el universo te va a castigar. Lo que añadió más miedo y sentimiento de culpa a lo que yo ya sentía). Mi amiga en cambio me dijo que porque lo decía, intenté explicarle como me sentía y que sabía que en esos momentos yo no estaba siendo buena madre, porque después de más de tres meses era incapaz de ocultar a mi hijo mi preocupación, mi tristeza, que estaba enfadada por la situación y saltaba a la mínima con todos los de mi alrededor incluidos ellos. Que los niños notan todo y les traspasamos los sentimientos y yo lo estaba haciendo fatal. Mi amiga me dijo algo que le agradeceré eternamente: "Te entiendo, yo estaría igual o peor". Procesé la frase y no volví a decir aquello, sólo eramos unos padres, pasando por un momento emocional malo, con mucha preocupación por no poder ayudar a su hijo. A mi también se me juntó un poco con problemas de trabajo, el paro de papabatallas y problemas familiares varios, que aunque pasaron a un segundo plano, ahí estaban. Pero con mi madre fue la primera vez que me di cuenta de que hay cosas que no es políticamente correcto decir.
Pensaba que esto se había quedado ahí, pero hace poco en un grupo de whatsaap de amigos de toda la vida se le decía a una embarazada que aprovechara para dormir, nosotros que somos los únicos del grupo con hijos, les dije que aprovechara para oír las películas e ir al baño sólo. De verdad que no lo dije a mal. No recuerdo quien empezó a poner las típicas frases de "los niños son lo mejor y más importante que te puede pasar en la vida, una sonrisa lo compensa todo, cuidar de alguien es reconfortante para el alma" (esto hay mucha gente que no lo piensa cuando la persona a cuidar tiene 80 años...). Contesté y de verdad no quise ofender, si no más bien intentar entrever que no todo es maravilloso, con un "uy preguntarle a papabatallas", cometí el error de no añadir una carita de esas que sacan la lengua. Porque todo se desmoronó a mi alrededor empecé a recibir comentarios sobretodo en privado, en los que me sentí juzgada, me sentí mala madre, se me acusó de querer desanimar a la gente que quería tener hijos, etc...No era la primera vez que recibía, bien en persona o bien por la espalda este tipo de comentarios, cuanto no te apuntas a planes o cuando te ven agobiada. Para ser justa también recibí privados de gente diciéndome que no hiciera caso y que sabían lo que yo había querido decir. Al final me vi teniendo que aclarar en público y privado, algo que para mi es algo que debería estar fuera de toda duda. "Que queríamos a nuestros hijos por encima de todas las cosas, que no queríamos que les pasara nada malo y que no nos molestaban en absoluto". Me pasé varios días triste, sólo de pensar que alguien dudara de aquello o viera mala fe en mis palabras. Después de mucho pensar he decidido que si quiero desahogarme no lo haré, que a partir de ahora hablaré lo menos posible de mis hijos y contestaré con monosílabos para que nada resulte malinterpretado. Pero señores tengo la lengua larga, nos invitaron a una cena en este grupo, no sabíamos si ir o no porque Nenebatallas a las nueve y media está dormido y si se le pasa la hora como cualquier niño, se emberrincha. De pasada mientras recogíamos le pregunté a Papabatallas que debíamos hacer y me contestó: "Pon que vamos y si los niños se ponen pesados, nos venimos sin cenar". Lo trascribí sin pesar pero nada más enviarlo, pensé "mierda mierda mierda", he puesto pesados en vez de "si se cansan". Desee que nadie lo malinterpretara pero ya me sentí mal. Ayer me encontré a chica que está embarazada, yo venía de un viaje a otra ciudad de una revisión de Nenebatallas le dije que estaba cansada y que mi madre y yo habíamos hecho un intento de compra pero que había resultado horrible (esa fue la palabra que usó mi madre, mientras yo estaba en la cola de la caja y ella perseguía a los niños que corrían en direcciones opuestas)."Deja de reírte (Pequebatallas estaba monísimo probándose todos los collares y pulsares brillantes de la tienda y moviendo las muñecas sin cesar para que sonaran y yo estaba disfrutando de ver a Nenebatallas correr, algo impensable meses atrás), esto es horrible, deja lo que vayas a compra y vamonos porque no me hago con ellos". El caso es que al pronunciar yo la palabra horrible delante de esta chica me pareció que ella puso cara, yo me enfadé conmigo misma y cambié de tema le pregunté si ya tenía ganas de que naciera. Respuesta: "No a mi el niño no me molesta...". De primeras pensé en lo afortunada que es por llegar al noveno mes sin grandes contratiempos, de dolores o pesadez, luego me dio por pensar si había alguna crítica velada. Lo sigo pensando un día después. Porque quiero y querré a mis hijos por encima de todas las cosas, como nunca creí que podría amar, pero también me siento incomprendida, juzgada y a veces sola.
Una cosa tengo clara, cuando te conviertes en padre, todo el mundo parece saber acerca de todo, que alimentación, como llevarla a cabo, como educar, "esto así no, yo lo hice así, de toda la vida se ha hecho de otra manera...", colecho si, no, castigar, premiar... En general, a todos nos sobran juicios y nos falta empatia.
lunes, 16 de febrero de 2015
Saliendo del lado oscuro de la maternidad.
No he encontrado un título más acorde con lo que estoy sintiendo estas últimas semanas. Un año después del nacimiento de Pequebatallas empiezo por fin a ver la luz. Porque a mi personalmente la segunda maternidad me ha sumido en una época un poco complicada. Se que a muchas "madres de dos o más" les sonará todo esto a chino, supongo que las circunstancias influyen mucho. Tengo una vecina con tres niños también seguidos, que no sabe ni de que le hablo. Una de las cosas que creo, es que en la segunda maternidad la ayuda es fundamental, en su caso puede permitirse a alguien que limpie y ordene su casa, el comedor del cole, etc...
Papabatallas es de gran ayuda pero este año o ha estado trabajando o en el paro estudiando y ha vuelto a casa a las diez y media de la noche con los niños ya dormidos. Si a estar sola, unimos la tosferina y distintos problemas de salud de Pequebatallas reconozco que a ratos esta doble maternidad se me ha hecho muy cuesta arriba. No quiero que nadie me malinterprete quiero mucho muchísimos a mis hijos, son mi vida y una sonrisa suya te recompensa el trabajo, pero creo que una cosa no quita la otra.
Me he pasado este año corriendo, agobiada, dividiendo el tiempo, entre cenas, casa, niños, trabajo, no he tenido casi tiempo para mí, he pasado a un segundo plano y cuando no lo he hecho, me ha dado la sensación de que ha sido a costa de sobrecargar a mi madre y perdiendo el tiempo de estar con mis peques.
Me ha costado reconocer mi cuerpo en el espejo, reconocerme a mi misma y más de una vez me he preguntado si esto era como quería hacer las cosas. He perdido los nervios a la vigésima vez que pedía a Nenebatallas que se pusiera los zapatos porque llegábamos tarde, después de gritar he pensado que quizás había que gritar a la treintava, para luego pensar que algo estaré haciendo mal si lo tengo que repetir más de una vez, he decidido ponerle yo los zapatos y a medio camino he reculado porque entonces la espera no habría válido de nada y tomada la decisión final, me he quedado con la duda de si era la acertada. ¿Esto le pasa a alguien más?
Ahora un año después, Nenebatallas entiende más, razona mejor, pequebatallas aunque no recuperado del todo, (la semana pasada estábamos con las mascarillas y el ventolín a cuestas), llora menos, se entretiene más. Me ha costado un poco y aunque me arrepiento mucho de algunas cosas, he aprendido a respetar mi yo pasado y a adaptarme a mi yo actual, he conseguido sacar tiempo para volver a leer, que es algo que me ayuda a desconectar, a encajar todas las piezas del puzzle lo mejor posible. Me quedan muchas cosas en el tintero pero poco a poco.
Espero que tengáis muy buena semana. Un beso
Papabatallas es de gran ayuda pero este año o ha estado trabajando o en el paro estudiando y ha vuelto a casa a las diez y media de la noche con los niños ya dormidos. Si a estar sola, unimos la tosferina y distintos problemas de salud de Pequebatallas reconozco que a ratos esta doble maternidad se me ha hecho muy cuesta arriba. No quiero que nadie me malinterprete quiero mucho muchísimos a mis hijos, son mi vida y una sonrisa suya te recompensa el trabajo, pero creo que una cosa no quita la otra.
Me he pasado este año corriendo, agobiada, dividiendo el tiempo, entre cenas, casa, niños, trabajo, no he tenido casi tiempo para mí, he pasado a un segundo plano y cuando no lo he hecho, me ha dado la sensación de que ha sido a costa de sobrecargar a mi madre y perdiendo el tiempo de estar con mis peques.
Me ha costado reconocer mi cuerpo en el espejo, reconocerme a mi misma y más de una vez me he preguntado si esto era como quería hacer las cosas. He perdido los nervios a la vigésima vez que pedía a Nenebatallas que se pusiera los zapatos porque llegábamos tarde, después de gritar he pensado que quizás había que gritar a la treintava, para luego pensar que algo estaré haciendo mal si lo tengo que repetir más de una vez, he decidido ponerle yo los zapatos y a medio camino he reculado porque entonces la espera no habría válido de nada y tomada la decisión final, me he quedado con la duda de si era la acertada. ¿Esto le pasa a alguien más?
Ahora un año después, Nenebatallas entiende más, razona mejor, pequebatallas aunque no recuperado del todo, (la semana pasada estábamos con las mascarillas y el ventolín a cuestas), llora menos, se entretiene más. Me ha costado un poco y aunque me arrepiento mucho de algunas cosas, he aprendido a respetar mi yo pasado y a adaptarme a mi yo actual, he conseguido sacar tiempo para volver a leer, que es algo que me ayuda a desconectar, a encajar todas las piezas del puzzle lo mejor posible. Me quedan muchas cosas en el tintero pero poco a poco.
Espero que tengáis muy buena semana. Un beso
martes, 20 de enero de 2015
Un año a nuestro lado
Parece mentira, pero Pequebatallas ya hizo un año la semana pasada, ¡un año!. Y os he contado poquitas cosas de él. Me ha enseñado una maternidad diferente, cosas de mí que yo ni sabía, ha llevado mi paciencia hasta límites insospechados porque hay niños que lloran, aunque lo cojas, los cantes, les des de mamar, los abraces... Me ha enseñado a barrer a la velocidad del rayo, porque no os podéis imaginar a que velocidad gatea para conseguir que no le arrebates sus migas. Le gusta mucho comer, menos la fruta, que es con lo que más guerra nos da de momento. Es un niño de mucho carácter, no le gustan que le lleven la contraria y creerme te lo hace saber a grito pelado y sin cansarse. Me ha enseñado lo que es que te echen de menos, porque Pequebatallas se queda llorando cuando me voy o aplaude y exige mi atención cuando vuelvo a casa.
En general quitando la dichosa tosferina, ha sido una maternidad más relajada, en el sentido de que tenía menos miedos, la experiencia es un grado y me he preocupado menos ante pequeños contratiempos o problemillas. La lactancia fue un regalo, aunque tuvimos dificultades como ya os conté aquí. Me ha dejado dar de mamar tumbada, los dos abrazados, relajados y en muchos casos durmiendo. Me he atrevido a colechar, otra experiencia positiva que me ha regalado el peque.
Todavía no se ha soltado a andar, pero le queda poquito. Se ríe por todo, es muy simpático y bastante observador, por no decir cotilla tiene que estar en todos los fregados. Si te sales de la habitación va detrás hasta que sabe donde vas, para luego seguir a sus cosas
Es muy intrépido, no se para ante nada, lo que nos ha dado más de un susto con sus caídas. Tampoco parece tener miedo a los ruidos fuertes o estridentes.
Es un niño feliz, es junto a su hermano la alegría de la casa. Que cumplas muchos muchos. Un beso
En general quitando la dichosa tosferina, ha sido una maternidad más relajada, en el sentido de que tenía menos miedos, la experiencia es un grado y me he preocupado menos ante pequeños contratiempos o problemillas. La lactancia fue un regalo, aunque tuvimos dificultades como ya os conté aquí. Me ha dejado dar de mamar tumbada, los dos abrazados, relajados y en muchos casos durmiendo. Me he atrevido a colechar, otra experiencia positiva que me ha regalado el peque.
Todavía no se ha soltado a andar, pero le queda poquito. Se ríe por todo, es muy simpático y bastante observador, por no decir cotilla tiene que estar en todos los fregados. Si te sales de la habitación va detrás hasta que sabe donde vas, para luego seguir a sus cosas
Es muy intrépido, no se para ante nada, lo que nos ha dado más de un susto con sus caídas. Tampoco parece tener miedo a los ruidos fuertes o estridentes.
Es un niño feliz, es junto a su hermano la alegría de la casa. Que cumplas muchos muchos. Un beso
martes, 9 de diciembre de 2014
Vivo entre humor amarillo y un trivial pursuit.
Si, como lo oís, no me he vuelto loca, pero mis hijos lo intentan.
Pequebatallas ya se pone de pie y da su primeros pasos agarrado, pero no le da miedo nada, ni se lo pone nada por delante, no he visto nada igual. Se agarra a una silla pequeña de su hermano y avanza por media casa empujando la silla, pero si no llega a alcanzar su meta, (que son principalmente el papel higiénico, la escobilla del w.c. y los mandos a distancia), no tiene problema en soltarse, tirarse en plancha, trepar o reptar por debajo de cualquier obstáculo que hayamos puesto. Como podéis imaginar no gano para sustos y llevamos más de un chichón. Además no le asusta nada, al menos nada de lo que a su hermano le asustaba. Le encanta que se exploten los globos, el secador, el aspirador, etc... El otro día el mayor huía de "Dora la aspiradora", que va sola por la casa y Pequebatallas intentaba atraparla a toda costa.
Por otro lado nunca he sido muy fan del trivial, pero Nenebatallas se ha empeñado en conocer mi nivel intelectual, hasta la fecha no habíamos sufrido la racha del "por que". Sí del "para que", pero se contestaba sólo. " Un cepillo, ¿Para que?, para peinarse". Se recitaba pregunta y respuesta y así con un montón de objetos. Pero lleva unas semanas totalmente obsesionado por la procedencia de las cosas: "¿ De donde ha salido el jersey, de donde es la tela, quién le ha hecho?, ¿Y la tele de donde viene?, ¿Como se hace el queso?, ¿Y que hay que hacer para que la leche se vuelva queso?, ¿De donde viene el agua?, ¿Quien ha hecho la nube?, ¿Quien ha decidido que hoy sea fiesta?... Darme un mes más y me presento a Saber y ganar.
Pequebatallas ya se pone de pie y da su primeros pasos agarrado, pero no le da miedo nada, ni se lo pone nada por delante, no he visto nada igual. Se agarra a una silla pequeña de su hermano y avanza por media casa empujando la silla, pero si no llega a alcanzar su meta, (que son principalmente el papel higiénico, la escobilla del w.c. y los mandos a distancia), no tiene problema en soltarse, tirarse en plancha, trepar o reptar por debajo de cualquier obstáculo que hayamos puesto. Como podéis imaginar no gano para sustos y llevamos más de un chichón. Además no le asusta nada, al menos nada de lo que a su hermano le asustaba. Le encanta que se exploten los globos, el secador, el aspirador, etc... El otro día el mayor huía de "Dora la aspiradora", que va sola por la casa y Pequebatallas intentaba atraparla a toda costa.
Por otro lado nunca he sido muy fan del trivial, pero Nenebatallas se ha empeñado en conocer mi nivel intelectual, hasta la fecha no habíamos sufrido la racha del "por que". Sí del "para que", pero se contestaba sólo. " Un cepillo, ¿Para que?, para peinarse". Se recitaba pregunta y respuesta y así con un montón de objetos. Pero lleva unas semanas totalmente obsesionado por la procedencia de las cosas: "¿ De donde ha salido el jersey, de donde es la tela, quién le ha hecho?, ¿Y la tele de donde viene?, ¿Como se hace el queso?, ¿Y que hay que hacer para que la leche se vuelva queso?, ¿De donde viene el agua?, ¿Quien ha hecho la nube?, ¿Quien ha decidido que hoy sea fiesta?... Darme un mes más y me presento a Saber y ganar.
domingo, 23 de noviembre de 2014
De batalla en batalla
Pues como dice el título, en casa tenemos una guerra declarada. Y es que si al principio todo parecía ir sobre ruedas. Nenebatallas estaba encantado con Pequebatallas, le cantaba los cinco lobitos cuando lloraba, le quería coger, se preocupaba de arroparle, acariciarle y se le comía a besos y abrazos. Desde que Pequebatallas ha empezado a gatear la cosa a cambiado, no le deja moverse, no le deja tocar sus cosas, aunque no las esté usando, tampoco tocar su silla aunque no esté sentado, etc.. todo es suyo, a veces me llama a voz en grito diciéndome que Pequebatallas le está tocando. Si se pone de pie le empuja o le intenta quitar las manos del mueble para que se caiga. Y más o menos metidos en ese bucle pasan el día. Para resumir los sentimientos de Nenebatallas la pregunta que me hizo el otro día: "¿A Pequebatallas no se le ocurrirá andar, no?.
Y la verdad es que no sabemos muy bien como actuar, si hacer más caso a Nenebatallas que ya se lo hacemos, si regañarle porque no le deje sus cosas, si no decir nada para no reforzar el comportamiento.
En fin que acepto sugerencias y experiencias.
Un beso y buena semana.
Y la verdad es que no sabemos muy bien como actuar, si hacer más caso a Nenebatallas que ya se lo hacemos, si regañarle porque no le deje sus cosas, si no decir nada para no reforzar el comportamiento.
En fin que acepto sugerencias y experiencias.
Un beso y buena semana.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Vida cotidiana
Me cuesta mucho escribir por varias cosas, primera y fundamental falta de tiempo, otras veces cuando tengo tiempo me apetece hacer otras cosas o nada. Tengo la sensación de sobrar un poco en este mundo blogueril, no aporto nada nuevo, parece que lo que vas a contar ya lo ha contado alguien con más gracia o más acierto y por último no me apetece mucho entrar en el juego de la marcas, si me gusta hablo de ello, si no me gusta no voy a escribir una entrada diciendo que es maravilloso por obligación. Creo que este mundillo me queda algo grande.
En mi vida 1.0, llevo unas semanas durillas, en el trabajo perdí a un paciente de estos ejemplares, de los que hace todo lo que le dices y se esfuerza al máximo, aunque no pueda ni moverse. Le echo mucho de menos. Hay gente que me pregunta si no estoy acostumbrada, pues la verdad es que si, pero no, hay gente que te llena mucho más que otra, o que te enseña mucho más, pero me temo que uno nunca se acostumbra.
Por otro lado se acercan las Navidades, a mi es una época que siempre me ha gustado, pero a pesar de los niños me da la sensación de que cada vez menos. La última semana la celebración navideña sólo ha traído discusiones, soy hija única pero nos juntamos mucha familia, ponerse de acuerdo y caernos bien todos es difícil, cada uno tiene una forma de ser y unas circunstancias. Mi madre eso no lo entiende, considera que hay que pasar por el aro de todo, te parezca bien o no, porque no hay que dar que hablar. Pero a mí a estas alturas, estas palabras me rechinan, principalmente es que a mi me da igual lo que hagan los demás, siempre que no hagan daño a nadie, así que si yo respeto todo, creo que también se debería respetar lo mío. Pero mi madre es muy del que dirán, pensarán, etc... Entre eso y que a veces me siento un poco asfixiada, se que para muchos que vivís fuera, tener a la familia cerca es algo que se echa mucho de menos, el que te puedan echar una mano y estar ahí para compartir la vida cotidiana. Pero como todo, también tiene su parte negativa, en mi caso mi madre y yo vamos a rachas, muchas veces me siento atacada, aunque no sea su intención, pero no siempre pensamos igual, ni tenemos las mismas prioridades. La semana pasada no dí una, todo lo que decía acaba malinterpretado.
Por lo demás Pequebatallas y Nenebatallas están para comérselos, Nenebatallas está graciosísimo, en cuanto te descuidas hace algún comentario con el que nos reímos toda la tarde. En el cole más o menos bien, le ha costado adaptarse y no suelta prenda de nada de lo que hace. Le cuesta mucho madrugar, todas las mañana cuando me despierta, me dice bastante enfadado: "¡Mama, po favó, que no he terminado de dormir, NO HE TERMINADOOOO!".
Pequebatallas, ya llora menos, está más tranquilo y con lo que da más guerra es que con la fruta, que no hay manera de que la coma. Empezó a gatear hace quince días y ya se recorre varias veces al día el pasillo, esto ha traído algún disgusto a Nenebatallas, su hermano ahora se mueve y toca todos los juguetes, así que acaba gritándole, recogiendo todo para que Pequebatallas no lo toque y algunas vez lo ha solucionado a manotazos. Está tan pendiente de él, que deja de jugar, de comer o de lo que esté haciendo, para vigilar que no toque nada suyo. Se que es normal pero no se muy bien si debería ignorar el comportamiento para no darle más importancia o no. A ver si algunas con experiencia me podéis ayudar.
Tengo pendiente recomendaros algunos juguetes y cuentos de cara a Navidad. A ver si me pongo las pilas.
Un beso fuerte.
En mi vida 1.0, llevo unas semanas durillas, en el trabajo perdí a un paciente de estos ejemplares, de los que hace todo lo que le dices y se esfuerza al máximo, aunque no pueda ni moverse. Le echo mucho de menos. Hay gente que me pregunta si no estoy acostumbrada, pues la verdad es que si, pero no, hay gente que te llena mucho más que otra, o que te enseña mucho más, pero me temo que uno nunca se acostumbra.
Por otro lado se acercan las Navidades, a mi es una época que siempre me ha gustado, pero a pesar de los niños me da la sensación de que cada vez menos. La última semana la celebración navideña sólo ha traído discusiones, soy hija única pero nos juntamos mucha familia, ponerse de acuerdo y caernos bien todos es difícil, cada uno tiene una forma de ser y unas circunstancias. Mi madre eso no lo entiende, considera que hay que pasar por el aro de todo, te parezca bien o no, porque no hay que dar que hablar. Pero a mí a estas alturas, estas palabras me rechinan, principalmente es que a mi me da igual lo que hagan los demás, siempre que no hagan daño a nadie, así que si yo respeto todo, creo que también se debería respetar lo mío. Pero mi madre es muy del que dirán, pensarán, etc... Entre eso y que a veces me siento un poco asfixiada, se que para muchos que vivís fuera, tener a la familia cerca es algo que se echa mucho de menos, el que te puedan echar una mano y estar ahí para compartir la vida cotidiana. Pero como todo, también tiene su parte negativa, en mi caso mi madre y yo vamos a rachas, muchas veces me siento atacada, aunque no sea su intención, pero no siempre pensamos igual, ni tenemos las mismas prioridades. La semana pasada no dí una, todo lo que decía acaba malinterpretado.
Por lo demás Pequebatallas y Nenebatallas están para comérselos, Nenebatallas está graciosísimo, en cuanto te descuidas hace algún comentario con el que nos reímos toda la tarde. En el cole más o menos bien, le ha costado adaptarse y no suelta prenda de nada de lo que hace. Le cuesta mucho madrugar, todas las mañana cuando me despierta, me dice bastante enfadado: "¡Mama, po favó, que no he terminado de dormir, NO HE TERMINADOOOO!".
Pequebatallas, ya llora menos, está más tranquilo y con lo que da más guerra es que con la fruta, que no hay manera de que la coma. Empezó a gatear hace quince días y ya se recorre varias veces al día el pasillo, esto ha traído algún disgusto a Nenebatallas, su hermano ahora se mueve y toca todos los juguetes, así que acaba gritándole, recogiendo todo para que Pequebatallas no lo toque y algunas vez lo ha solucionado a manotazos. Está tan pendiente de él, que deja de jugar, de comer o de lo que esté haciendo, para vigilar que no toque nada suyo. Se que es normal pero no se muy bien si debería ignorar el comportamiento para no darle más importancia o no. A ver si algunas con experiencia me podéis ayudar.
Tengo pendiente recomendaros algunos juguetes y cuentos de cara a Navidad. A ver si me pongo las pilas.
Un beso fuerte.
domingo, 2 de noviembre de 2014
¿Un niño mejor que una niña?
Hace unas semanas cuando hablaba de los hijos únicos, dije que había otro cliché que me parecía otra chorrada y es el de "Tener una niña es mejor que tener un niño, las hijas te cuidan, siempre se preocupan por sus padres y los hijos se van con familia política", más o menos esas son las ideas de mucha gente.
Entiendo que quizás antes era así, las mujeres han cuidado en su casa tanto a suegros como a padres en muchos casos a la vez que cuidaban a sus hijos, mientras los maridos trabajaban, me imagino que de ahí salen estos pensamientos, o quizás muchas madres dan por sentado que al tener una hija, van a tener una "amiga", van a tener más confianza y compartir aficiones. Los padres tenemos la manía de pensar que nuestros hijos van a pensar y actuar como a nosotros nos gustaría. El otro día leí en algún sitio, que el mayor error de los padres es criar al hijo que nos gustaría tener, en vez de al que tenemos, pero eso da para otro debate.
Lo que se, es lo que veo, que depende más de educación, circunstancias y valores: Trabajo con enfermos, a lo largo de los últimos diez años he visto de todo. El hecho de tener hijos no te libra de la soledad, no te libra del abandono, no te garantiza que te cuiden. He visto matrimonios con varios hijos de ambos sexos, más solos en la adversidad que la una. Veo sobrin@s que cuidan muy pero que muy bien de sus tíos.
Hay gente con hijos de ambos sexos que se turnan de manera igualitaria, he visto enfermos cuidadísimos que sólo tenían hijos varones, en algunos casos participaban las nueras en otros no. He visto hijas que pasan del tema, que hablar con ellas es como hablar con una pared, he visto hijos que cogen aviones por la noche para hablar contigo al día siguiente e intentar solucionar la situación.
Hay hijas en la distancia, que viven lejos y que delegan el cuidado en sus hermanos chicos, pero que sufren por no estar allí. He visto hij@s a la fuga.
He visto hijos chico solteros volver a casa a cuidar de su padre o madre enfermo. He oído a hijas decirme que están cansadas de que su madre lleve 15 años enferma y que como sus abuelos todavía viven mejor hable con ellos.
Llevo siete años tratando a una paciente que no para de hablar de sus dos hijas, de lo buena relación que tienen, de como van de compras, a la peluquería, de como ha cuidado de los nietos de una de ellas, de las veces que han tomado café o han comido juntas. Yo de vez en cuando la pregunto por su hijo y me dice " que ya sabes como son los hombres y que además se caso con una bruja, que se le llevó a otra ciudad... pero menos mal que tiene a sus dos hijas como dos soles."
Hace algo más de siete años que esta señora tiene demencia leve, ahora ya algo más moderada, hace algo más de siete años que sus hijas le hicieron firmar un papel para quedarse con su casa.
Hace algo más de siete años que alguien se encontró a esta señora viviendo en la calle. Hace algo más de siete años que sonó un teléfono en mi edificio de servicios sociales de otra comunidad porque buscaban al hijo de una señora cuyas hijas le habían abandonado.
Hace siete años que su nuera, la bruja, viene con ella cada mañana, cada vez más triste, con más ojeras y más dolores de espalda.
Llevo casi siete años contestando la misma pregunta varios días a la semana, la pregunta es: " ¿Y yo ahora donde me voy?, ¿A mi quien me viene a buscar?.
Y llevo casi siete años escuchando la misma respuesta: "¿Con mi hijo y mi nuera?, no, no, no, llama a mis hijas que con ellas estoy mejor".
No hay palabras.
Entiendo que quizás antes era así, las mujeres han cuidado en su casa tanto a suegros como a padres en muchos casos a la vez que cuidaban a sus hijos, mientras los maridos trabajaban, me imagino que de ahí salen estos pensamientos, o quizás muchas madres dan por sentado que al tener una hija, van a tener una "amiga", van a tener más confianza y compartir aficiones. Los padres tenemos la manía de pensar que nuestros hijos van a pensar y actuar como a nosotros nos gustaría. El otro día leí en algún sitio, que el mayor error de los padres es criar al hijo que nos gustaría tener, en vez de al que tenemos, pero eso da para otro debate.
Lo que se, es lo que veo, que depende más de educación, circunstancias y valores: Trabajo con enfermos, a lo largo de los últimos diez años he visto de todo. El hecho de tener hijos no te libra de la soledad, no te libra del abandono, no te garantiza que te cuiden. He visto matrimonios con varios hijos de ambos sexos, más solos en la adversidad que la una. Veo sobrin@s que cuidan muy pero que muy bien de sus tíos.
Hay gente con hijos de ambos sexos que se turnan de manera igualitaria, he visto enfermos cuidadísimos que sólo tenían hijos varones, en algunos casos participaban las nueras en otros no. He visto hijas que pasan del tema, que hablar con ellas es como hablar con una pared, he visto hijos que cogen aviones por la noche para hablar contigo al día siguiente e intentar solucionar la situación.
Hay hijas en la distancia, que viven lejos y que delegan el cuidado en sus hermanos chicos, pero que sufren por no estar allí. He visto hij@s a la fuga.
He visto hijos chico solteros volver a casa a cuidar de su padre o madre enfermo. He oído a hijas decirme que están cansadas de que su madre lleve 15 años enferma y que como sus abuelos todavía viven mejor hable con ellos.
Llevo siete años tratando a una paciente que no para de hablar de sus dos hijas, de lo buena relación que tienen, de como van de compras, a la peluquería, de como ha cuidado de los nietos de una de ellas, de las veces que han tomado café o han comido juntas. Yo de vez en cuando la pregunto por su hijo y me dice " que ya sabes como son los hombres y que además se caso con una bruja, que se le llevó a otra ciudad... pero menos mal que tiene a sus dos hijas como dos soles."
Hace algo más de siete años que esta señora tiene demencia leve, ahora ya algo más moderada, hace algo más de siete años que sus hijas le hicieron firmar un papel para quedarse con su casa.
Hace algo más de siete años que alguien se encontró a esta señora viviendo en la calle. Hace algo más de siete años que sonó un teléfono en mi edificio de servicios sociales de otra comunidad porque buscaban al hijo de una señora cuyas hijas le habían abandonado.
Hace siete años que su nuera, la bruja, viene con ella cada mañana, cada vez más triste, con más ojeras y más dolores de espalda.
Llevo casi siete años contestando la misma pregunta varios días a la semana, la pregunta es: " ¿Y yo ahora donde me voy?, ¿A mi quien me viene a buscar?.
Y llevo casi siete años escuchando la misma respuesta: "¿Con mi hijo y mi nuera?, no, no, no, llama a mis hijas que con ellas estoy mejor".
No hay palabras.
martes, 30 de septiembre de 2014
Batallitas.
Si Pequebatallas está para comérselo, con sus balbuceos, grititos, su posturas de contorsionista (ya querrían algunos gimnastas) y sus sonrisas brutales. Nenebatallas tampoco se queda atrás, ahí van algunas anécdotas:
Compramos unos calzoncillos de coches, nada más llegar a casa los metí en el cesto de la ropa sucia, viene con ellos y me dice que no van ahí y los mete en el cajón.
-(Yo) "No cariño, hay que lavarlos, que en la tienda los ha tocado mucha gente, se caen a veces al suelo... están sucios."
-(Nenebatallas): "Noooo, mamaaa que no tienen pelusas, ¿No lo ves?."
Otro día no había manera de que se pusiera el pantalón, estuvo tirado en el suelo, pataleando y llorando.
-(Yo): "Vamos a ver, se puede saber porque no quieres ponerte el pantalón, en calzoncillos no puedes ir a la calle."
-(Nenebatallas): " Pero es que la gente no va a ver los calzoncillos de Rayo (macqueen)". (Si, lo de Rayo Macqueen, empieza a ser enfermizo).
Todo lleva pilas y se arregla con pilas y comprando. "¿Mamá porque tiene el pirata un parche?",
-(Yo): Porque le falta un ojo.
-(Nenebatallas): "¡ah!Pues mañana le compramos uno."
Que los obreros han dejado una escavadora en medio de la calle porque ya es de noche, el tiene la solución: "Mama hay que ir a comprar pilas, para que funcione, venga vamos ya".
A todo esto, creo que podría contratarlo el ayuntamiento, porque por la calle señala absolutamente todo lo que está en mal estado o roto.
En junio fuimos a una boda, por hacer un poco la gracia compré una camisa con corbata por diez euros, pensando que no le duraría ni un minuto puesta, pero estuvo encantado con su corbata, enrollándola para arriba, limpiando el polvo de los bancos de la iglesia, etc..
El otro día ve al presentador del telediario y escucho esta frase: "Mamá ese señor va de boda".
¿Eh?, me mira muy serio y con cara de mi madre es tonta, "¡la corbata!, ¡Esta en una boda!".
Y así podría seguir hasta el infinito porque están los dos muy graciosos.
Pasad muy buena semana.
Compramos unos calzoncillos de coches, nada más llegar a casa los metí en el cesto de la ropa sucia, viene con ellos y me dice que no van ahí y los mete en el cajón.
-(Yo) "No cariño, hay que lavarlos, que en la tienda los ha tocado mucha gente, se caen a veces al suelo... están sucios."
-(Nenebatallas): "Noooo, mamaaa que no tienen pelusas, ¿No lo ves?."
Otro día no había manera de que se pusiera el pantalón, estuvo tirado en el suelo, pataleando y llorando.
-(Yo): "Vamos a ver, se puede saber porque no quieres ponerte el pantalón, en calzoncillos no puedes ir a la calle."
-(Nenebatallas): " Pero es que la gente no va a ver los calzoncillos de Rayo (macqueen)". (Si, lo de Rayo Macqueen, empieza a ser enfermizo).
Todo lleva pilas y se arregla con pilas y comprando. "¿Mamá porque tiene el pirata un parche?",
-(Yo): Porque le falta un ojo.
-(Nenebatallas): "¡ah!Pues mañana le compramos uno."
Que los obreros han dejado una escavadora en medio de la calle porque ya es de noche, el tiene la solución: "Mama hay que ir a comprar pilas, para que funcione, venga vamos ya".
A todo esto, creo que podría contratarlo el ayuntamiento, porque por la calle señala absolutamente todo lo que está en mal estado o roto.
En junio fuimos a una boda, por hacer un poco la gracia compré una camisa con corbata por diez euros, pensando que no le duraría ni un minuto puesta, pero estuvo encantado con su corbata, enrollándola para arriba, limpiando el polvo de los bancos de la iglesia, etc..
El otro día ve al presentador del telediario y escucho esta frase: "Mamá ese señor va de boda".
¿Eh?, me mira muy serio y con cara de mi madre es tonta, "¡la corbata!, ¡Esta en una boda!".
Y así podría seguir hasta el infinito porque están los dos muy graciosos.
Pasad muy buena semana.
viernes, 30 de mayo de 2014
Mi estría y bella Aurora
Parece el título de un cuento, pero no, os cuento un poco como llegó la cajita que veis arriba a mí y así cambio un poco el monotema de las últimas entradas.
Hace por lo menos seis meses, me escribieron para comentarme si quería recibir productos de Bella Aurora por el embarazo, yo contesté preguntando si tenían parabenos u otros ingredientes (intento usar cosmética ecológica por decirlo de algún modo) y mi respuesta llegó a los dos días a casa con un repartidor.
No me pidieron nada a cambio y yo guardé la caja, hasta asegurarme de sus efectos, porque nunca opino de nada que no haya probado y nunca digo que me gusta si no ha sido así. Ha pasado tanto tiempo, que estoy segura de que la persona que me mandó la caja ya no se acuerda ni de mí. Dicho esto os cuento lo que yo he notado:
Empecé usando la crema innovación antimanchas, tratamiento de choque que también tenía protección 15, es hidratante, regeneradora y antiarrugas. Pone que tiene 7 mecanismos despigmentantes con ac. hialurónico y sin acidos exfoliantes. Supuestamente se empiezan a ver sus efectos a partir de la 6º semana. Yo no tenía muchas manchas en la cara, no he tenido ni cloasma, ni línea alba en ninguno de mis embarazos. Pero en este si me salieron algunas manchas por la nariz, y he de decir que en tres semanas de uso habían desaparecido. Además es muy fácil de repartir por la cara el producto y no tiene un olor desagradable.
Pero para mí, el gran descubrimiento ha sido el BODY OIL Perfeccionador cutáneo para marcas e imperfecciones con efecto regenerador e hidratante. Ya prometía en la caja, que si servía para manchas, antiedad, after sun, cicatrices, marcas de la piel, señales de picaduras, quemaduras, estrías... También me gustaron los ingredientes, caléndula, lavanda, romero, camomila y vitaminas. Se puede usar en el embarazo pero yo no la usé. Y aquí viene la historia de mi estría, una estría que apareció en el embarazo (a pesar de los aceites y cremas) de Nenebatallas, sí sólo tengo una, (soy así de suertuda o al menos sólo una como esa y si tengo más no he reparado en ellas) en esta estría parece que la piel se me ha separado, era de color casi morado o rosa. Pero después de Pequebatallas su aspecto empeoró bastante, hasta el punto de que un día Papabatallas me dice con cara de preocupación. "¿Que tienes ahí?, pero ¿que te ha pasado?". Bueno pues de primeras no se creyó que eso fuera una estría, tuve que tirar de archivo fotográfico del embarazo para demostrar que no había estado allí antes.
La cara de Papabatallas me animó y hace un mes más o menos abrí el aceite. He sido constante, me lo he dado dos veces al día, no he fallado ni una vez y ha viajado conmigo. Puedo decir que ha mejorado muchísimo, evidentemente no se ha quitado, porque ya os digo que según el aspecto que tenía, eso es para mí imposible, (aunque yo me sigo dando el aceite por si ocurre el milagro), pero ya pasa desapercibida. No llama la atención, la gente tiene que fijarse para verla, cosa que antes no ocurría.
En la caja también venía un gel exfoliante que arrastra las escamas de la epidermis y realiza una exfoliación enzimática que disuelve las células córneas descamadas. Iguala el tono de la piel y acelera el proceso. Pero sinceramente como yo no tenía muchas manchas en la cara no lo he probado, pero estoy pensando en hacerlo en la estría...
En fin, que si lo recomendaría de hecho, he empezado a usar el aceite en otras cicatrices y le he comprado la crema a mi madre. No puedo comparar con otros productos del mercado porque estos son los únicos que he probado para estas cosas, ¿Vosotros habéis probado estas u otras cremas con igual resultado?
lunes, 28 de abril de 2014
STOP VIRUS
Parece que Pequebatallas en vez de traer un pan bajo el brazo, trajo virus el pobre. Porque si no, no me lo explico, desde su llegada no paramos, enlazamos uno con otro y con otro.
He perdido la cuenta de los días que llevamos recluidos en casa por una cosa u otra. Cuando Pequebatallas levantaba cabeza de la tosferina, coge una bronquiolitis, que conseguimos controlar sin ingreso y sin ventolin, algo que ha sorprendido hasta al pediatra, que cuando aparecí el lunes me dijo claramente que con el cuadro que tenía el martes anterior a semana santa pensaba que estábamos ingresados.
Pero yo, ya no estaba preocupada a esas alturas por Pequebatallas el que me preocupaba era Nenebatallas que estaba raro, raro y al que no podías tocar, ni dar un beso porque le hacíamos "pupa". Me dice que no le ve nada, le digo que le duele el cuello, me despacha el hombre con será un virus, no te preocupes.
Pero a apenas 24 horas después, a mi se me caía el alma a los pies al ver a un Nenebatallas pálido, ojeroso que se parece a mi hijo pero que no tiene nada que ver con él. (No veas las ganas que tengo de que empieces otra vez a liarla por cualquier rincón de la casa). Dos días después ya sin fiebre Papabatallas dice que le ve mejor pero cuando voy a lavarle la cara, me doy cuenta de que el niño no mueve el cuello. Si le pregunto me dice que no le duele nada, pobre, se que me lo dice porque lo de ir al médico empieza a aterrorizarle. Así que sin cita ni nada decido volver al pediatra que me dice que el niño tiene unos ganglios brutales en el cuello y llama a otro médico y no saben decirme si es un citomegalovirus, algún familiar de las paperas (a pesar de la vacuna) o mononucleosis, (en la guardería me han dicho que ha habido dos casos desde navidades).
No se si reír o llorar. Para rematar a los dos días Nenebatallas se levanta cojo después de jugar en al alfombra.
Soluciones:
Mi prima dice que ha oído que barriendo hacia las esquinas se van los malos espíritus que pruebe a ver, aunque no sea lo mismo.
Mi cuñada apareció en casa con una botella llena de jabón de hospital para que se lo demos a la gente cuando venga a visitarnos. Mi cara debió ser un poema. Luego papabatallas bromeo con comprar mascarillas, gorros y pantuflas como si estuviéramos en un quirofano continuo.
El pediatra directamente me dijo que esto pasa por tener hijos seguidos y que si estoy agobiada le de uno a él, previo paso por el juzgado. (Un cachondo). Y que también nos pasa, porque como yo no estuve mala nunca de pequeña les paso a los niños muy poca inmunidad. (Como dice Papabatallas la culpa siempre nos la echan a las madres)
Papabatallas quiere meter a Nenebatallas en una burbuja y que vaya así a la guarde.
Y yo, ya no se muy bien lo que quiero, dejar de preocuparme, pero me temo que para eso ya es demasiado tarde. No se si de verdad esto le pasa a todo el mundo con niños pequeños o por el contrario es una racha que en algún momento terminará. Se me ha pasado por la cabeza que deje de ir a la guardería, pero al año que viene será el colegio.
Espero seguir informando. Un beso enorme
He perdido la cuenta de los días que llevamos recluidos en casa por una cosa u otra. Cuando Pequebatallas levantaba cabeza de la tosferina, coge una bronquiolitis, que conseguimos controlar sin ingreso y sin ventolin, algo que ha sorprendido hasta al pediatra, que cuando aparecí el lunes me dijo claramente que con el cuadro que tenía el martes anterior a semana santa pensaba que estábamos ingresados.
Pero yo, ya no estaba preocupada a esas alturas por Pequebatallas el que me preocupaba era Nenebatallas que estaba raro, raro y al que no podías tocar, ni dar un beso porque le hacíamos "pupa". Me dice que no le ve nada, le digo que le duele el cuello, me despacha el hombre con será un virus, no te preocupes.
Pero a apenas 24 horas después, a mi se me caía el alma a los pies al ver a un Nenebatallas pálido, ojeroso que se parece a mi hijo pero que no tiene nada que ver con él. (No veas las ganas que tengo de que empieces otra vez a liarla por cualquier rincón de la casa). Dos días después ya sin fiebre Papabatallas dice que le ve mejor pero cuando voy a lavarle la cara, me doy cuenta de que el niño no mueve el cuello. Si le pregunto me dice que no le duele nada, pobre, se que me lo dice porque lo de ir al médico empieza a aterrorizarle. Así que sin cita ni nada decido volver al pediatra que me dice que el niño tiene unos ganglios brutales en el cuello y llama a otro médico y no saben decirme si es un citomegalovirus, algún familiar de las paperas (a pesar de la vacuna) o mononucleosis, (en la guardería me han dicho que ha habido dos casos desde navidades).
No se si reír o llorar. Para rematar a los dos días Nenebatallas se levanta cojo después de jugar en al alfombra.
Soluciones:
Mi prima dice que ha oído que barriendo hacia las esquinas se van los malos espíritus que pruebe a ver, aunque no sea lo mismo.
Mi cuñada apareció en casa con una botella llena de jabón de hospital para que se lo demos a la gente cuando venga a visitarnos. Mi cara debió ser un poema. Luego papabatallas bromeo con comprar mascarillas, gorros y pantuflas como si estuviéramos en un quirofano continuo.
El pediatra directamente me dijo que esto pasa por tener hijos seguidos y que si estoy agobiada le de uno a él, previo paso por el juzgado. (Un cachondo). Y que también nos pasa, porque como yo no estuve mala nunca de pequeña les paso a los niños muy poca inmunidad. (Como dice Papabatallas la culpa siempre nos la echan a las madres)
Papabatallas quiere meter a Nenebatallas en una burbuja y que vaya así a la guarde.
Y yo, ya no se muy bien lo que quiero, dejar de preocuparme, pero me temo que para eso ya es demasiado tarde. No se si de verdad esto le pasa a todo el mundo con niños pequeños o por el contrario es una racha que en algún momento terminará. Se me ha pasado por la cabeza que deje de ir a la guardería, pero al año que viene será el colegio.
Espero seguir informando. Un beso enorme
martes, 22 de abril de 2014
Comportamientos distintos con el segundo hijo.
Muchas veces me he preguntado como es posible que hijos de mismos padres, con el mismo ambiente familiar, salgan tan distintos y no lo acababa de entender mucho, parece imposible que un hijo salga muy responsable y el otro lo contrario. Pero en sólo tres meses de vida de Pequebatallas ya estamos haciendo mil cosas distintas, evidentemente muchas de ellas son nimiedades, pero me temo que al final cada hijo tiene unas necesidades y acabas tratándolos de formas distintas.
Algunas de las cosas que no se me hubieran ocurrido hacer con Nenebatallas y hacemos con Peques son:
El colecho, no es santo de mi devoción, porque me da terror aplastar al niño mientras dormimos, no me gusta porque me levanto echa un cuatro y al final no descansamos igual. Pero Pequebatallas como mucho aguanta media hora en su mini cuna, se despierta muchas veces y si nota que está sólo, no para de llorar y cuesta mucho calmarlo. Lo único bueno que le veo es el tema lactancia que te permite despertarte poco y que disfrutas mucho más del niño, abrazarlo y acariciarlo mientras me quedo dormida me encanta. Pero sinceramente me preocupa como sacarle de nuestra cama dentro de un tiempo.
El chupete, lo odio, no lo usé con Nenebatallas, pero ya os he comentado que Pequebatallas llora de manera inconsolable, algo que nos trae por el camino de la amargura, porque él sufre mucho y nosotros acabamos de los nervios, no es que el chupete lo solucione pero ayuda.
Lo de los lloros lo llevo fatal, no me gusta dejar llorar a los niños pero con Pequebatallas no hay manera, da igual ponerlo al pecho, cogerlo, mecerlo, no encuentra consuelo ya hemos usado terapia craneo sacral y aunque mejora no acabamos de controlarlo.
Un montón de medicinas y homeopatía: esto me hace gracia, cuando mi cuñada daba a sus hijos homeopatía, nosotros la mirábamos horrorizados, "yo no haría eso y a saber exactamente lo que lleva..." pero cuando con la tosferina nos dejó tirados la medicina tradicional sin resultados, los lloros no tienen una supuesta patología detrás según la medicina tradicional (en cráneo sacral hay alguna ideas de que puede provocarlos) y vas encadenando un virus tras otro, (la semana pasada fue una bronquiolitis), la homeopatía parece un recurso o al menos nos consuela pensar que estamos intentando algo.
A esto tenemos que sumar que al ser un segundo hijo, tienes la mitad de tiempo porque hay otro niño al que atender, que te reclama, así que la atención es menor que la que recibió el primer hijo y estas menos pendiente de los cambios de pañal por ejemplo.
Otra cosa a sumar es la personalidad del niño, Nenebatallas odiaba los baños y a Pequebatallas le encantan, a Nenebatallas también le calmaba mucho la música y en cambio a Pequebatallas nada de nada.
En fin que son personas distintas, muy distintas y que al final tienes que adaptar y cambiar más de lo que pensaba.
Seguimos con virus, nos los quedamos todos para nosotros, así que espero estar de vuelta pronto. Un beso
Algunas de las cosas que no se me hubieran ocurrido hacer con Nenebatallas y hacemos con Peques son:
El colecho, no es santo de mi devoción, porque me da terror aplastar al niño mientras dormimos, no me gusta porque me levanto echa un cuatro y al final no descansamos igual. Pero Pequebatallas como mucho aguanta media hora en su mini cuna, se despierta muchas veces y si nota que está sólo, no para de llorar y cuesta mucho calmarlo. Lo único bueno que le veo es el tema lactancia que te permite despertarte poco y que disfrutas mucho más del niño, abrazarlo y acariciarlo mientras me quedo dormida me encanta. Pero sinceramente me preocupa como sacarle de nuestra cama dentro de un tiempo.
El chupete, lo odio, no lo usé con Nenebatallas, pero ya os he comentado que Pequebatallas llora de manera inconsolable, algo que nos trae por el camino de la amargura, porque él sufre mucho y nosotros acabamos de los nervios, no es que el chupete lo solucione pero ayuda.
Lo de los lloros lo llevo fatal, no me gusta dejar llorar a los niños pero con Pequebatallas no hay manera, da igual ponerlo al pecho, cogerlo, mecerlo, no encuentra consuelo ya hemos usado terapia craneo sacral y aunque mejora no acabamos de controlarlo.
Un montón de medicinas y homeopatía: esto me hace gracia, cuando mi cuñada daba a sus hijos homeopatía, nosotros la mirábamos horrorizados, "yo no haría eso y a saber exactamente lo que lleva..." pero cuando con la tosferina nos dejó tirados la medicina tradicional sin resultados, los lloros no tienen una supuesta patología detrás según la medicina tradicional (en cráneo sacral hay alguna ideas de que puede provocarlos) y vas encadenando un virus tras otro, (la semana pasada fue una bronquiolitis), la homeopatía parece un recurso o al menos nos consuela pensar que estamos intentando algo.
A esto tenemos que sumar que al ser un segundo hijo, tienes la mitad de tiempo porque hay otro niño al que atender, que te reclama, así que la atención es menor que la que recibió el primer hijo y estas menos pendiente de los cambios de pañal por ejemplo.
Otra cosa a sumar es la personalidad del niño, Nenebatallas odiaba los baños y a Pequebatallas le encantan, a Nenebatallas también le calmaba mucho la música y en cambio a Pequebatallas nada de nada.
En fin que son personas distintas, muy distintas y que al final tienes que adaptar y cambiar más de lo que pensaba.
Seguimos con virus, nos los quedamos todos para nosotros, así que espero estar de vuelta pronto. Un beso
viernes, 11 de abril de 2014
Dificultades en el parque
No estoy hecha para el parque, admito que lo he evitado todo lo que he podido, pero es que no se como comportarme, no se desenvolverme con los hijos ajenos.
Esta semana he vivido varías experiencias, el lunes Nenebatallas se convirtió en el esclavo y servidor de una niña más mayor. La niña lo decidió cuando vio que Nenebatallas tenía cubo para la arena y le dijo un "Tu juegas conmigo", la siguiente media hora le tuvo a sus ordenes, "pon arena aquí, no te muevas, ahora rastrilla...", si Nenebatallas se acercaba a otros niños o al tobogán, ella iba y le decía "eh, tú, que estas jugando conmigo", decidía quien jugaba con ella y quien no. Al principio reconozco que me hizo gracia, incluso pensé en llevarme a la niña a casa para conseguir que Nenebatallas se fuera a la cama o se lavara los dientes sin rechistar. Pero a la media hora, me dí cuenta de que Nenebatallas estaba un poco agobiado por no poder ir a sus anchas y me suplicaba con la mirada, así que le dije: "Si no quieres jugar con ella, díselo". La niña que me oyó salió del recinto se acerco al banco donde estaba sentada con nuestra pala en mano y alzándola me espetó un: "Eh, tú, la madre de este, no te metas." Y señores me quedé ojiplática pensando: la contesto o es demasiado pequeña, ¿Se molestará su progenitora si lo hago?, ¿Es mejor ignorarla?, luego mi mente se fue por otros derroteros y empecé a pensar que profesión tendrá esta niña de mayor. Al final opte por irnos, pero tuve rifirrafe para quitarle el cubo y la pala.
El domingo en el parque pisaron a Nenebatallas la cabeza, un niño intentaba subirse al tejado de la casita y Nenebatallas estaba en medio. Papabatallas volvió a casa cabreado porque "Este niño no se defiende, es que ni se aparta, ni le dice nada al otro niño..." yo le dije que ya espabilaría, lo mismo que dijo mi madre cuando se lo conté. Hasta que ayer Nenebatallas quería subirse al tobogán "de mayores", porque es más alto y hace curva. El problema es que los escalones son más altos y necesita tiempo para subirlos. Había un niño con prisa por tirarse y lo arrolló varias veces, que si pisotones y empujones. Nenebatallas nunca dice nada, se queda mirando sin más. La madre del niño fue enseguida a pedirnos perdón. Pero a la vuelta a casa, mi madre había cambiado totalmente el discurso de "es pequeño ya espabilará", por un " a mamá no se le pega pero al resto de los niños si te hacen algo sí". Con el que yo no estuve muy de acuerdo. Y es que ¿Donde está la fina línea que separa la violencia de la defensa propia?.
Ayer me acordé de un paciente que me ha contado lo siguiente varias veces: A su hija le pegaba un niño en el cole, todos los días iba a casa con la cantinela de "Fulanito me pega" y él siempre le decía que eso estaba mal y no se hacía, que hablara con él para solucionar el tema, como todos los días era lo mismo, fue hablar con el profesor que lo quitó importancia. Dice que recuerda perfectamente el día que vino muy cansado de trabajar y que en la cena la niña llorando le contaba por enésima vez lo de que el niño le seguía pegando, dice que estaba tan cansado y harto que le dijo: "Pues mañana le pegas tú.". Al día siguiente le llamaron del colegio porque su hija había tirado al niño por las escaleras, había caído mal y no podía mover las piernas. Al final quedó en un susto, pero dice que se pasó varios días apesadumbrado por lo que le había dicho a la niña y por si su hija tenía que acarrear la responsabilidad de haberle "fastidiado" la vida al niño.
En resumen que yo no estoy preparada para el parque y la vida social infantil.
Buen fin de semana.
Esta semana he vivido varías experiencias, el lunes Nenebatallas se convirtió en el esclavo y servidor de una niña más mayor. La niña lo decidió cuando vio que Nenebatallas tenía cubo para la arena y le dijo un "Tu juegas conmigo", la siguiente media hora le tuvo a sus ordenes, "pon arena aquí, no te muevas, ahora rastrilla...", si Nenebatallas se acercaba a otros niños o al tobogán, ella iba y le decía "eh, tú, que estas jugando conmigo", decidía quien jugaba con ella y quien no. Al principio reconozco que me hizo gracia, incluso pensé en llevarme a la niña a casa para conseguir que Nenebatallas se fuera a la cama o se lavara los dientes sin rechistar. Pero a la media hora, me dí cuenta de que Nenebatallas estaba un poco agobiado por no poder ir a sus anchas y me suplicaba con la mirada, así que le dije: "Si no quieres jugar con ella, díselo". La niña que me oyó salió del recinto se acerco al banco donde estaba sentada con nuestra pala en mano y alzándola me espetó un: "Eh, tú, la madre de este, no te metas." Y señores me quedé ojiplática pensando: la contesto o es demasiado pequeña, ¿Se molestará su progenitora si lo hago?, ¿Es mejor ignorarla?, luego mi mente se fue por otros derroteros y empecé a pensar que profesión tendrá esta niña de mayor. Al final opte por irnos, pero tuve rifirrafe para quitarle el cubo y la pala.
El domingo en el parque pisaron a Nenebatallas la cabeza, un niño intentaba subirse al tejado de la casita y Nenebatallas estaba en medio. Papabatallas volvió a casa cabreado porque "Este niño no se defiende, es que ni se aparta, ni le dice nada al otro niño..." yo le dije que ya espabilaría, lo mismo que dijo mi madre cuando se lo conté. Hasta que ayer Nenebatallas quería subirse al tobogán "de mayores", porque es más alto y hace curva. El problema es que los escalones son más altos y necesita tiempo para subirlos. Había un niño con prisa por tirarse y lo arrolló varias veces, que si pisotones y empujones. Nenebatallas nunca dice nada, se queda mirando sin más. La madre del niño fue enseguida a pedirnos perdón. Pero a la vuelta a casa, mi madre había cambiado totalmente el discurso de "es pequeño ya espabilará", por un " a mamá no se le pega pero al resto de los niños si te hacen algo sí". Con el que yo no estuve muy de acuerdo. Y es que ¿Donde está la fina línea que separa la violencia de la defensa propia?.
Ayer me acordé de un paciente que me ha contado lo siguiente varias veces: A su hija le pegaba un niño en el cole, todos los días iba a casa con la cantinela de "Fulanito me pega" y él siempre le decía que eso estaba mal y no se hacía, que hablara con él para solucionar el tema, como todos los días era lo mismo, fue hablar con el profesor que lo quitó importancia. Dice que recuerda perfectamente el día que vino muy cansado de trabajar y que en la cena la niña llorando le contaba por enésima vez lo de que el niño le seguía pegando, dice que estaba tan cansado y harto que le dijo: "Pues mañana le pegas tú.". Al día siguiente le llamaron del colegio porque su hija había tirado al niño por las escaleras, había caído mal y no podía mover las piernas. Al final quedó en un susto, pero dice que se pasó varios días apesadumbrado por lo que le había dicho a la niña y por si su hija tenía que acarrear la responsabilidad de haberle "fastidiado" la vida al niño.
En resumen que yo no estoy preparada para el parque y la vida social infantil.
Buen fin de semana.
martes, 8 de abril de 2014
Nenebatallas.
Ya os dije que tiene sus ratos menos sencillos, a veces es todo una lucha, sobretodo si está cansado, no quiero comer, no quiero lavarme los dientes, no quiero, no quiero. Y la verdad es que cuesta que no se vaya todo de las manos. Sobretodo con lo de dormir, me imagino que también es porque ve que Pequebatallas se queda mamando o con nosotros en el salón y él se tiene que ir a la cama. Te pide que te tumbes con él, pero si lo haces se pone a jugar, saltar y cantar. Así que se pasa una hora o más hasta que por fin puedes salir de la habitación. Generalmente se duerme su padre antes que él.
Pero también tiene ratos muy divertidos, repite como un loro, lo que debe y lo que no. Aunque en la guardería no se lo crean, porque no sabemos muy bien porqué, a la profesora no le dirige la palabra, si quiere algo le pide a otros niños que se lo digan. Es cierto que suele ser vergonzoso y que no habla hasta tener confianza pero pasa muchas horas con ella, así que no nos lo explicamos.
Otras veces parece más adulto que nosotros, por ejemplo el otro día estábamos comiendo y Papabatallas y yo no nos poníamos de acuerdo en algo, Papabatallas empezó a vacilarme y como a mí no se me ocurría algo gracioso, le tire la servilleta de tela. Y de repente vemos que Nenebatallas da un golpe en la masa y salta " A ver que pasa ¿eh?", nos entró un ataque de risa y el pobre se quedo todo cortado.
El sábado estuvimos jugando a un juego de memoria, yo le iba dejando ganar para que no se desanimara y cuando le queda una ficha para terminar, me dice "mamá no te preocupes, ahora te ayudo y ganas tú." ja ja.
Está atento a todo, con su hermano es genial, le acaricia, le da besos e intenta jugar. Ya veremos cuando Pequebatallas le siga el juego si le hace tanta gracia. Porque le gusta tener todo a su gusto.
Con lo que más se entretiene ahora son los puzzles y por él nos pasaríamos el día en el parque, aunque sigue sin relacionarse mucho con los niños que se encuentra. En la guardería tiene una amiga que se llama Sofía y van juntos a todas partes, por lo visto hasta se esperan cuando van al baño.
Seguramente podría escribir muchas cosas más, pero no quiero aburriros con esta entrada babeo. Yo me voy encontrando un poco mejor y Pequebatallas también, muchas gracias a los que preguntáis.
Un beso.
Pero también tiene ratos muy divertidos, repite como un loro, lo que debe y lo que no. Aunque en la guardería no se lo crean, porque no sabemos muy bien porqué, a la profesora no le dirige la palabra, si quiere algo le pide a otros niños que se lo digan. Es cierto que suele ser vergonzoso y que no habla hasta tener confianza pero pasa muchas horas con ella, así que no nos lo explicamos.
Otras veces parece más adulto que nosotros, por ejemplo el otro día estábamos comiendo y Papabatallas y yo no nos poníamos de acuerdo en algo, Papabatallas empezó a vacilarme y como a mí no se me ocurría algo gracioso, le tire la servilleta de tela. Y de repente vemos que Nenebatallas da un golpe en la masa y salta " A ver que pasa ¿eh?", nos entró un ataque de risa y el pobre se quedo todo cortado.
El sábado estuvimos jugando a un juego de memoria, yo le iba dejando ganar para que no se desanimara y cuando le queda una ficha para terminar, me dice "mamá no te preocupes, ahora te ayudo y ganas tú." ja ja.
Está atento a todo, con su hermano es genial, le acaricia, le da besos e intenta jugar. Ya veremos cuando Pequebatallas le siga el juego si le hace tanta gracia. Porque le gusta tener todo a su gusto.
Con lo que más se entretiene ahora son los puzzles y por él nos pasaríamos el día en el parque, aunque sigue sin relacionarse mucho con los niños que se encuentra. En la guardería tiene una amiga que se llama Sofía y van juntos a todas partes, por lo visto hasta se esperan cuando van al baño.
Seguramente podría escribir muchas cosas más, pero no quiero aburriros con esta entrada babeo. Yo me voy encontrando un poco mejor y Pequebatallas también, muchas gracias a los que preguntáis.
Un beso.
miércoles, 26 de marzo de 2014
En rutina
Que conste que no tengo nada importante que contar, pero me he dicho ponte a escribir algo porque si no, esto va a ser otra espiral, cuanto menos escribes, menos ganas y al final se acumula tantos correos, comentarios y blogs pendientes que me entra vértigo y no me pongo.
Parece que vamos mejor, pero no lo digo muy alto, porque seguimos arrastrando secuelas, para variar el fin de semana estuvimos malos, (los padres), yo de la noche a la mañana tengo un hematoma en el tímpano, ni idea de que hace allí. Mi madre dice que es de la preocupación que se paga cuando todo pasa, así que nada aceptemos esta explicación.
Y entre toses, virus, médicos se van pasando los días sin que cundan mucho, no tengo muy claro como me voy a organizar cuando vuelva a trabajar porque si ahora me resulta difícil llegar a todo, luego va a ser misión imposible, pero agradecida de tener un trabajo al que volver.
Estos días también hemos tenido que echar la matrícula para el cole de Nenebatallas que crece a pasos agigantados, hemos optado por lo más cómodo, el cole que está al lado de casa, porque el invierno es muy largo, nieva hace frío y la opción del colegio de moda que la gente considera el mejor nos pilla a veinte minutos andando de casa. Y al final uno no sabe que es mejor, hay alumnos brillantes en colegios mediocres y al revés. De todas formas cuando salgan las listas definitivas de admitidos veremos que colegio nos ha tocado.
Y así poco a poco vamos viendo la luz (metafóricamente, porque aquí hace un rato estaba granizando) y pensando en vacaciones, porque soñar es gratis, pero entre las bodas que se me presentan todas fueras de casa y la logística que hay que preparar con dos niños si al final consigo ir a la playa, se me quitan las ganas de salir del portal. Por no hablar de la no fácil tarea de encontrar un vestido de fiesta compatible con la lactancia materna y sus horrible sujetadores. ¿Como lo hacéis las que tenéis una lactancia tan prolongada?, Debo de ser una agonías porque a mi me cansan soberanamente las camisas y el pensar que no puedo alejarme mucho del niño porque cada tres horas me reclamará y los discos que voy perdiendo por toda la casa, que como le digo a Papabatallas cualquier día salgo a la calle con el sujetador a medio abrochar, la camisa a medio abotonar y demás.
En fin cuidaros mucho. Un beso
Parece que vamos mejor, pero no lo digo muy alto, porque seguimos arrastrando secuelas, para variar el fin de semana estuvimos malos, (los padres), yo de la noche a la mañana tengo un hematoma en el tímpano, ni idea de que hace allí. Mi madre dice que es de la preocupación que se paga cuando todo pasa, así que nada aceptemos esta explicación.
Y entre toses, virus, médicos se van pasando los días sin que cundan mucho, no tengo muy claro como me voy a organizar cuando vuelva a trabajar porque si ahora me resulta difícil llegar a todo, luego va a ser misión imposible, pero agradecida de tener un trabajo al que volver.
Estos días también hemos tenido que echar la matrícula para el cole de Nenebatallas que crece a pasos agigantados, hemos optado por lo más cómodo, el cole que está al lado de casa, porque el invierno es muy largo, nieva hace frío y la opción del colegio de moda que la gente considera el mejor nos pilla a veinte minutos andando de casa. Y al final uno no sabe que es mejor, hay alumnos brillantes en colegios mediocres y al revés. De todas formas cuando salgan las listas definitivas de admitidos veremos que colegio nos ha tocado.
Y así poco a poco vamos viendo la luz (metafóricamente, porque aquí hace un rato estaba granizando) y pensando en vacaciones, porque soñar es gratis, pero entre las bodas que se me presentan todas fueras de casa y la logística que hay que preparar con dos niños si al final consigo ir a la playa, se me quitan las ganas de salir del portal. Por no hablar de la no fácil tarea de encontrar un vestido de fiesta compatible con la lactancia materna y sus horrible sujetadores. ¿Como lo hacéis las que tenéis una lactancia tan prolongada?, Debo de ser una agonías porque a mi me cansan soberanamente las camisas y el pensar que no puedo alejarme mucho del niño porque cada tres horas me reclamará y los discos que voy perdiendo por toda la casa, que como le digo a Papabatallas cualquier día salgo a la calle con el sujetador a medio abrochar, la camisa a medio abotonar y demás.
En fin cuidaros mucho. Un beso
viernes, 7 de febrero de 2014
Parto de Pequebatallas. Parte II
(Parte I)
Una vez recogida la ropa, nos bajaron a dilatación y allí conocí a una auxiliar que creo que recordaré siempre, era una señora mayor super dicharachera, que empezó a decirme que allí estaba mejor que en ningún sitio porque me iba a tratar como una reina, hablaba tanto que a los cinco minutos me sabía su vida. Justo las dos vivimos en el mismo barrio, así que me contó de todo, tanto que se quiso meter conmigo al baño para seguir la conversacion jaja.
En general el personal fue mejor que la otra vez. Me ofrecieron poner al bebe una sonda en la cabeza para controlar el latido y que yo me pudiera mover y así dilatar mejor (la otra vez no me dieron opción). A mi no me apetecía mucho que me metieran mano de nuevo, además de que tampoco iba a poder moverme mucho porque estaba enchufada al aparatejo de la oxitocina, pero al final me la pusieron para controlar mejor a Pequebatallas.
Como lo de la bolsa parecía lo de las cataratas del Niagara, intentaron hacer un apaño con una malla, con tan mala suerte de que la mujer me sacó la sonda y otra vez me toco pasar el trago... Papabatallas me dijo pobrecilla, que cara se le ha quedado cuando te ha sacado la sonda, "ja, pobrecilla yo, no ella" (yo ahí dejando claro quien era la víctima jaja).
Lo de la oxitocina era igual de doloroso que como lo recordaba, aún así intenté no pedir la epidural, más por miedo que por otra cosa. Intenté pasar las contracciones apretando el brazo y la mano a Papabatallas, hablando y escuchando Always de Bon Jovi, que era lo más lento que tenía Papabatallas en el móvil, también conseguí que Papabatallas se agenciara unos palitos de limón, pero al final pedí la epidural y tuve suerte, porque había anestesista disponible, cosa rara en el hospital cuando se trata de partos. No tuve tanta anestesia como con Nenebatallas y notaba un poco las contracciones. Agradecí que pudiera mover las piernas, aunque la pierna derecha no la sentía nada y Papabatallas estuvo haciendo experimentos, ejem, (por lo menos me distraje). En muy poco tiempo y gracias a la epidural (que en mi caso no me retrasa el parto, como me habían explicado la otra vez) dilaté los diez centímetros, bastante rápido, tanto que estaban sorprendidas y al principio no se lo creían y no querían mirarme, hasta ofrecieron irse a comer a Papabatallas que no quiso dejarme sola.
En el paritorio señalar dos cosas que a nadie se le ocurrió de primeras cerrar las cortinas con lo cual yo estaba subida al potro medio desnuda y la gente hablando y viéndome desde el pasillo. Y dos que yo sentía como me abría en canal, estaba ansiosa de que todo acabara pronto y tanto la ginecóloga como la residente se lo tomaron con calma y no me dejaban empujar.
Por fin a las dos y cinco vino al mundo Pequebatallas, si Nenebatallas fue un bebe bastante limpio, blanquito y con los ojos abiertos, Pequebatallas salió sin arrancar del todo a llorar, totalmente morado y con los ojos cerrados, tanto que cuando me lo pusieron encima me asusté y pensé que al niño le pasaba algo. De hecho me quede tan parada que creo que fue Papabatallas el primero en hablar al niño y darle la bienvenida.
Ya se encargó la auxiliar dicharachera de decirme lo bonito que era. Agradecerla que subió dos veces a vernos a la habitación a pesar de no estar en esa planta.
No me hicieron episiotomía, esto se lo agradezco a Papabatallas que desde la semana 34 me hizo el masaje perineal todos los días. Y no tener episiotomía me ha hecho la recuperación muchÍsimo más llevadera.
De vuelta a la sala de dilatación para instaurar la lactancia estuvimos preocupados porque el morado de Pequebatallas no se iba ni de las manos ni de los pies y así estuvo días sin que nadie nos diera ninguna explicación. Pero disfrutamos del momento de estar los tres sólos, ya con un Pequebatallas más espabilado.
La primera persona que nos visitó fueron los abuelosbatallas. La abuelabatallas metió de contrabando un bocadillo de tortilla, (porque no le había dado tiempo a comprar jamón), bebidas y chocolate. Y es que, como ya os dije "Madre no hay más que una".
Una vez recogida la ropa, nos bajaron a dilatación y allí conocí a una auxiliar que creo que recordaré siempre, era una señora mayor super dicharachera, que empezó a decirme que allí estaba mejor que en ningún sitio porque me iba a tratar como una reina, hablaba tanto que a los cinco minutos me sabía su vida. Justo las dos vivimos en el mismo barrio, así que me contó de todo, tanto que se quiso meter conmigo al baño para seguir la conversacion jaja.
En general el personal fue mejor que la otra vez. Me ofrecieron poner al bebe una sonda en la cabeza para controlar el latido y que yo me pudiera mover y así dilatar mejor (la otra vez no me dieron opción). A mi no me apetecía mucho que me metieran mano de nuevo, además de que tampoco iba a poder moverme mucho porque estaba enchufada al aparatejo de la oxitocina, pero al final me la pusieron para controlar mejor a Pequebatallas.
Como lo de la bolsa parecía lo de las cataratas del Niagara, intentaron hacer un apaño con una malla, con tan mala suerte de que la mujer me sacó la sonda y otra vez me toco pasar el trago... Papabatallas me dijo pobrecilla, que cara se le ha quedado cuando te ha sacado la sonda, "ja, pobrecilla yo, no ella" (yo ahí dejando claro quien era la víctima jaja).
Lo de la oxitocina era igual de doloroso que como lo recordaba, aún así intenté no pedir la epidural, más por miedo que por otra cosa. Intenté pasar las contracciones apretando el brazo y la mano a Papabatallas, hablando y escuchando Always de Bon Jovi, que era lo más lento que tenía Papabatallas en el móvil, también conseguí que Papabatallas se agenciara unos palitos de limón, pero al final pedí la epidural y tuve suerte, porque había anestesista disponible, cosa rara en el hospital cuando se trata de partos. No tuve tanta anestesia como con Nenebatallas y notaba un poco las contracciones. Agradecí que pudiera mover las piernas, aunque la pierna derecha no la sentía nada y Papabatallas estuvo haciendo experimentos, ejem, (por lo menos me distraje). En muy poco tiempo y gracias a la epidural (que en mi caso no me retrasa el parto, como me habían explicado la otra vez) dilaté los diez centímetros, bastante rápido, tanto que estaban sorprendidas y al principio no se lo creían y no querían mirarme, hasta ofrecieron irse a comer a Papabatallas que no quiso dejarme sola.
En el paritorio señalar dos cosas que a nadie se le ocurrió de primeras cerrar las cortinas con lo cual yo estaba subida al potro medio desnuda y la gente hablando y viéndome desde el pasillo. Y dos que yo sentía como me abría en canal, estaba ansiosa de que todo acabara pronto y tanto la ginecóloga como la residente se lo tomaron con calma y no me dejaban empujar.
Por fin a las dos y cinco vino al mundo Pequebatallas, si Nenebatallas fue un bebe bastante limpio, blanquito y con los ojos abiertos, Pequebatallas salió sin arrancar del todo a llorar, totalmente morado y con los ojos cerrados, tanto que cuando me lo pusieron encima me asusté y pensé que al niño le pasaba algo. De hecho me quede tan parada que creo que fue Papabatallas el primero en hablar al niño y darle la bienvenida.
Ya se encargó la auxiliar dicharachera de decirme lo bonito que era. Agradecerla que subió dos veces a vernos a la habitación a pesar de no estar en esa planta.
No me hicieron episiotomía, esto se lo agradezco a Papabatallas que desde la semana 34 me hizo el masaje perineal todos los días. Y no tener episiotomía me ha hecho la recuperación muchÍsimo más llevadera.
De vuelta a la sala de dilatación para instaurar la lactancia estuvimos preocupados porque el morado de Pequebatallas no se iba ni de las manos ni de los pies y así estuvo días sin que nadie nos diera ninguna explicación. Pero disfrutamos del momento de estar los tres sólos, ya con un Pequebatallas más espabilado.
La primera persona que nos visitó fueron los abuelosbatallas. La abuelabatallas metió de contrabando un bocadillo de tortilla, (porque no le había dado tiempo a comprar jamón), bebidas y chocolate. Y es que, como ya os dije "Madre no hay más que una".
jueves, 6 de febrero de 2014
El parto de Pequebatallas. Parte I
Pues nada a contar la historia apasionante del parto... jaja, espero no extenderme mucho, pero no prometo nada.
Yo quería un parto distinto, si hubiera elegido, habría tenido uno de esos partos que empiezan en casa con contracciones, habría hecho los ejercicios de dilatación (que para eso había pagado las clases) y cuando hubiera llegado al hospital, ya estaría la cosa tan avanzada que sin epidural y de manera rápida mi hijo habría nacido. Pero bueno ese parto tengo que dejarlo para alguna de vosotras.
Porque yo me levanté aquel lunes lluvioso a las siete menos diez de la mañana y vi que había roto la bolsa, la otra vez fue una fisura y luego nenebatallas con la cabeza tapo la fisura y no perdí más líquido, esta vez no. Y como bien dice Papabatallas no es como en las pelis, que rompes aguas y ya está, no, iba perdiendo líquido todo el rato, lo que me pareció bastante engorroso, me cambié de ropa interior hasta quedarme sin ella, (porque justo la noche anterior a las doce tendí una lavadora y estaba todo mojado todavía, así que casi ni pantalones), puse todo el suelo perdido y moverme era una odisea.
Aún así me vestí rauda y veloz dos veces mientras Papabatallas hacía no se muy bien que, creo que terminar de recoger la cocina que no debía de haber terminado la noche anterior. Yo me estaba poniendo muy nerviosa porque el líquido no paraba de salir y no sentía al niño, así que le digo que se de prisa y lo siguiente que veo desde la cama es que se está lavando los dientes. "¿Que haces lavándote los dientes?" le dije con tono de sorpresa. "Ay perdón no se, lo he hecho de manera automática , estoy nervioso" fue su respuesta. Y eso fue la primera y última prueba de que Papabatallas estuviera nervioso, lo siguiente que dijo fue: "uy, y ¿que me pongo?" pero cuando le mire estaba descojonado viendo mi cara ante la broma.
Llamamos a la abuelabatallas para que viniera a quedarse con Nenebatallas que todavía dormía y mientras Papabatallas fue a por el coche. Mi madre vino con cara de circunstancias, por desgracia tenemos casos muy cercanos de discapacidad grave por problemas en el parto, así que su cara lo decía todo, pero intentó disimular y me dio suerte antes de salir por la puerta.
Cuando llegamos al hospital pasa lo más surrealista de todo, llegamos a urgencias en el mostrador muestro la tarjeta sanitaria y hace la comprobacion de datos de rigor, al decirme el teléfono, el número es el de mis padres y yo contesto un no, para luego decir sí, en plan que más da. Y la mujer de urgencias insiste: "Que no mujer lo cambiamos ahora mismo, si es un segundin". Y ahí nos teníais a Papabatallas y a mí, (yo chorreando líquido por toda la entrada de urgencias), esperando cinco minutos, mientras la mujer abría ventanitas en la pantalla y tecleaba como una posesa vete tu a saber qué.
Al final nos da los papeles y el de seguridad avisa a una celadora que aparece toda despeinada, con los zuecos a medio meter y que nos guió por medio hospital sin dirigirnos la palabra, mientras a nosotros ya nos entraba la risa.
Me hacen un primer tacto y un monitor y nada de dilatación y nada de contracciones, pero la matrona intenta consolarme diciendo que como es el segundo seguro que por la tarde "tengo niño" y no voy a tener de nuevo un parto muy largo. Me dan hasta un zumito y me deja elegir el sabor, todo un detalle.
Nos dan una habitación y son las diez y media y sigo sin dilatar y sin contracciones, hago algún ejercicio de dilatación pero como el líquido se sigue saliendo acabo resbalándome. Viene una chica de prácticas me hace un tacto, doloroso no, lo siguiente y encima me hace sangre, viene la ginecóloga que resulta que ha estudiado con Papabatallas y que conozco de toda la vida porque hemos coincidido en el cole y en el instituto, dice que la de prácticas no lo tiene claro y ella me va hacer otro tacto. Para conocernos no es excesivamente simpática, correcta. Salen de la habitación, otra vez la cama llena de sangre, le digo a Papabatallas que "como venga otra a meterme mano que me pongan ya la epidural". Cuando vuelve nos dice que estoy en el límite que podemos esperar o bajarme ya a dilatación y ponerme oxitocina. Soy sincera y perdonarme tod@s los babyhunters, si digo que en ese momento me arrepentí de estar embarazada, pensé otro parto inducido, recordé la experiencia anterior, recordé todos los niños que he tratado con secuelas y en todo lo que podía salir mal y pensé como leches me había arriesgado otra vez, fueron segundos pero hay que ser sincera y lo pensé. Ya sé que no todo pasa en el parto, pero el miedo es libre. Llamé a mi madre para decirle que iba para largo y ella me contesta que ha recogido la ropa del tendedero ya seca y que está en la puerta de maternidad con ella, por si quiero ropa interior. (Madre no hay más que una). Continuará...(mañana)
Yo quería un parto distinto, si hubiera elegido, habría tenido uno de esos partos que empiezan en casa con contracciones, habría hecho los ejercicios de dilatación (que para eso había pagado las clases) y cuando hubiera llegado al hospital, ya estaría la cosa tan avanzada que sin epidural y de manera rápida mi hijo habría nacido. Pero bueno ese parto tengo que dejarlo para alguna de vosotras.
Porque yo me levanté aquel lunes lluvioso a las siete menos diez de la mañana y vi que había roto la bolsa, la otra vez fue una fisura y luego nenebatallas con la cabeza tapo la fisura y no perdí más líquido, esta vez no. Y como bien dice Papabatallas no es como en las pelis, que rompes aguas y ya está, no, iba perdiendo líquido todo el rato, lo que me pareció bastante engorroso, me cambié de ropa interior hasta quedarme sin ella, (porque justo la noche anterior a las doce tendí una lavadora y estaba todo mojado todavía, así que casi ni pantalones), puse todo el suelo perdido y moverme era una odisea.
Aún así me vestí rauda y veloz dos veces mientras Papabatallas hacía no se muy bien que, creo que terminar de recoger la cocina que no debía de haber terminado la noche anterior. Yo me estaba poniendo muy nerviosa porque el líquido no paraba de salir y no sentía al niño, así que le digo que se de prisa y lo siguiente que veo desde la cama es que se está lavando los dientes. "¿Que haces lavándote los dientes?" le dije con tono de sorpresa. "Ay perdón no se, lo he hecho de manera automática , estoy nervioso" fue su respuesta. Y eso fue la primera y última prueba de que Papabatallas estuviera nervioso, lo siguiente que dijo fue: "uy, y ¿que me pongo?" pero cuando le mire estaba descojonado viendo mi cara ante la broma.
Llamamos a la abuelabatallas para que viniera a quedarse con Nenebatallas que todavía dormía y mientras Papabatallas fue a por el coche. Mi madre vino con cara de circunstancias, por desgracia tenemos casos muy cercanos de discapacidad grave por problemas en el parto, así que su cara lo decía todo, pero intentó disimular y me dio suerte antes de salir por la puerta.
Cuando llegamos al hospital pasa lo más surrealista de todo, llegamos a urgencias en el mostrador muestro la tarjeta sanitaria y hace la comprobacion de datos de rigor, al decirme el teléfono, el número es el de mis padres y yo contesto un no, para luego decir sí, en plan que más da. Y la mujer de urgencias insiste: "Que no mujer lo cambiamos ahora mismo, si es un segundin". Y ahí nos teníais a Papabatallas y a mí, (yo chorreando líquido por toda la entrada de urgencias), esperando cinco minutos, mientras la mujer abría ventanitas en la pantalla y tecleaba como una posesa vete tu a saber qué.
Al final nos da los papeles y el de seguridad avisa a una celadora que aparece toda despeinada, con los zuecos a medio meter y que nos guió por medio hospital sin dirigirnos la palabra, mientras a nosotros ya nos entraba la risa.
Me hacen un primer tacto y un monitor y nada de dilatación y nada de contracciones, pero la matrona intenta consolarme diciendo que como es el segundo seguro que por la tarde "tengo niño" y no voy a tener de nuevo un parto muy largo. Me dan hasta un zumito y me deja elegir el sabor, todo un detalle.
Nos dan una habitación y son las diez y media y sigo sin dilatar y sin contracciones, hago algún ejercicio de dilatación pero como el líquido se sigue saliendo acabo resbalándome. Viene una chica de prácticas me hace un tacto, doloroso no, lo siguiente y encima me hace sangre, viene la ginecóloga que resulta que ha estudiado con Papabatallas y que conozco de toda la vida porque hemos coincidido en el cole y en el instituto, dice que la de prácticas no lo tiene claro y ella me va hacer otro tacto. Para conocernos no es excesivamente simpática, correcta. Salen de la habitación, otra vez la cama llena de sangre, le digo a Papabatallas que "como venga otra a meterme mano que me pongan ya la epidural". Cuando vuelve nos dice que estoy en el límite que podemos esperar o bajarme ya a dilatación y ponerme oxitocina. Soy sincera y perdonarme tod@s los babyhunters, si digo que en ese momento me arrepentí de estar embarazada, pensé otro parto inducido, recordé la experiencia anterior, recordé todos los niños que he tratado con secuelas y en todo lo que podía salir mal y pensé como leches me había arriesgado otra vez, fueron segundos pero hay que ser sincera y lo pensé. Ya sé que no todo pasa en el parto, pero el miedo es libre. Llamé a mi madre para decirle que iba para largo y ella me contesta que ha recogido la ropa del tendedero ya seca y que está en la puerta de maternidad con ella, por si quiero ropa interior. (Madre no hay más que una). Continuará...(mañana)
martes, 28 de enero de 2014
La vuelta a casa
Se me acumulan las entradas, pero no me da tiempo a nada y no precisamente porque los peques me estén dando guerra, ni mucho menos.
Lo que nos tiene tan entretenidos son las visitas, tener la casa presentable dentro del caos a las visitas y el papeleo, que si el registro, el INSS, la tarjeta sanitaria, pediatra y demás... Eso es lo que hace que no pueda sentarme un ratito enfrente del ordenador para leeros o escribir.
A parte de eso, la vuelta a casa ha estado marcada por un sentimiento o una sensación que muchas mamas ya me habían comentado: "Cuando vuelvas a casa, verás a Bebe/ nene batallas, mucho más grande", me lo habían repetido hasta la saciedad, así que más o menos yo me había hecho a la idea, pero por lo visto nadie se lo comentó a Papabatallas que el segundo día de hospital después de estar la tarde con Bebebatallas, lo primero que me dijo fue: "No sabes que sensación me ha dado Bebe/nenebatallas, tu no sabes lo grande que es, lo que pesa...¿pero cuando se ha hecho así?" .
Y es cierto que se nota más el paso del tiempo cuando tienes hijos y lo que a mi más rabia me da, es que si no fuera por las millones de fotos, no se si recordaría a Bebe/nenebatallas tan pequeño. Cambian tanto en el primer año que casi no te da tiempo a fijar bien su imagen en la retina, o al menos es mi sensación.
Otra de las sensaciones que ha marcado la vuelta a casa es el sueño, no recordaba que fuera tan duro la lactancia nocturna y lo de dormir de manera intermitente toda la noche, además Pequebatallas es un niño que demanda muchos brazos y por la noche no iba a ser menos, así que muchas veces me quedo dormida sentada en la cama, clavándome el cabecero en la espalda con el niño en brazos. No se, si es que también se me han olvidado lo malas que eran las noches con Bebe/nenebatallas o lo que pasa es que soy dos años más vieja y se nota. jeje. Me imagino que de todo un poco.
Por lo demás la vuelta a casa no ha sido tan mala como me esperaba, yo me he recuperado mejor al no tener episiotomía, Bebebatallas o nenebatallas (que no me acostumbro al nombre) no muestra excesivos celos y el resto de tareas hogareñas las sacamos adelante sin agobios cuando podemos. Creo que es muy importante priorizar que es lo que más te compensa o prefieres hacer, aunque no siempre las circunstancias lo permitan.
Pasar buena semana si no me da tiempo a escribir otra vez. Y por supuesto agradeceros, (que en la entrada anterior se me olvidó), todas vuestras felicitaciones y buenos deseos.
Mil gracias a todos. Un beso.
Lo que nos tiene tan entretenidos son las visitas, tener la casa presentable dentro del caos a las visitas y el papeleo, que si el registro, el INSS, la tarjeta sanitaria, pediatra y demás... Eso es lo que hace que no pueda sentarme un ratito enfrente del ordenador para leeros o escribir.
A parte de eso, la vuelta a casa ha estado marcada por un sentimiento o una sensación que muchas mamas ya me habían comentado: "Cuando vuelvas a casa, verás a Bebe/ nene batallas, mucho más grande", me lo habían repetido hasta la saciedad, así que más o menos yo me había hecho a la idea, pero por lo visto nadie se lo comentó a Papabatallas que el segundo día de hospital después de estar la tarde con Bebebatallas, lo primero que me dijo fue: "No sabes que sensación me ha dado Bebe/nenebatallas, tu no sabes lo grande que es, lo que pesa...¿pero cuando se ha hecho así?" .
Y es cierto que se nota más el paso del tiempo cuando tienes hijos y lo que a mi más rabia me da, es que si no fuera por las millones de fotos, no se si recordaría a Bebe/nenebatallas tan pequeño. Cambian tanto en el primer año que casi no te da tiempo a fijar bien su imagen en la retina, o al menos es mi sensación.
Otra de las sensaciones que ha marcado la vuelta a casa es el sueño, no recordaba que fuera tan duro la lactancia nocturna y lo de dormir de manera intermitente toda la noche, además Pequebatallas es un niño que demanda muchos brazos y por la noche no iba a ser menos, así que muchas veces me quedo dormida sentada en la cama, clavándome el cabecero en la espalda con el niño en brazos. No se, si es que también se me han olvidado lo malas que eran las noches con Bebe/nenebatallas o lo que pasa es que soy dos años más vieja y se nota. jeje. Me imagino que de todo un poco.
Por lo demás la vuelta a casa no ha sido tan mala como me esperaba, yo me he recuperado mejor al no tener episiotomía, Bebebatallas o nenebatallas (que no me acostumbro al nombre) no muestra excesivos celos y el resto de tareas hogareñas las sacamos adelante sin agobios cuando podemos. Creo que es muy importante priorizar que es lo que más te compensa o prefieres hacer, aunque no siempre las circunstancias lo permitan.
Pasar buena semana si no me da tiempo a escribir otra vez. Y por supuesto agradeceros, (que en la entrada anterior se me olvidó), todas vuestras felicitaciones y buenos deseos.
Mil gracias a todos. Un beso.
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