No se que me pasa esta semana que voy a la rastra y quedan todavía dos días laborables, estamos de obra en casa y ahora mismo estoy rodeada de trastos y de ropa por planchar. Esta semana me está costando mucho leeros pero prometo ponerme al día.
Entre unas cosas y otras no he podido escribiros sobre el carnaval. El año pasado no disfrazamos a bebebatallas para ir por la calle, sólo para una sesión de fotos casera con un disfraz que hicimos nosotros con lo que teníamos en casa. Y este año, me hacia ilusión disfrazarle, pero entre el frío y que en la silla con el saco el disfraz no iba a lucir mucho, tampoco nos complicamos la vida. Me dio una idea una compañera y disfrazamos al niño de tuno, sólo hubo que hacerle una capa y comprar una pandereta.
Le inscribimos en un concurso de disfraces en un centro comercial, más que nada por que el niño viera a otros niños y pudiera andar a sus anchas con el disfraz en un sitio calentito, además de que íbamos con más gente conocida.
Bebebatallas se lo paso pipa, pasillo arriba pasillo abajo, viendo a niños con disfraces, persiguiendo a los que le llamaban la atención y mirando las cestas de la compra de la gente, (metía toda la cabeza el tío, menos mal que a la gente le hacía gracia).
A todos los niños que participaban les daban un regalo y luego había un ganador, no se cual era el premio, pero me imagino que no era nada del otro mundo, pero mientras estaba en la fila con bebebatallas, pude sentir la competitividad de algunos padres, diciendo al niño lo que tenían que hacer, algún niño llorando que no quería salir y era obligado por el familiar, madres orgullosisimas de los disfraces cosidos por ellas mismas, (no me extraña, yo no podría hacerlo) que competían entre ellas. Y me sentí un poco extraña, porque ese concurso no iba a ningún sitio, no era nada importante y creo que los niños sólo tenían que divertirse y punto. Pero que pasará cuando si sea algo importante, ¿Es necesaria tanta presión, tanta competición?, ¿Me convertiré en una de ellos?. Espero que no, pero todo esto me ha recordado algo que me paso en tercero de E.G.B. teníamos que hacer un volcán y recuerdo que mi padre me ayudo hacer el mio. Lo recuerdo porque mi padre no solía ayudarme con ninguna tarea del colegio y para mi fue especial, le hicimos de escayola y luego echamos arena para que se pegara y tempera roja que simulaba la lava, nos quedo muy bonito. Al día siguiente me pusieron un nueve y a mi mejor amiga un siete. Cuando salimos de clase mi amiga tiró el volcán a su padre al suelo, gritando "¿Has visto el de (mi nombre)?, ha sacado mejor nota que yo, eres tonto, me ha ganado". Lo recuerdo como si hubiera sido esta mañana porque me impacto, porque yo hasta ese día no había notado esa competición entre nosotras, porque yo jamás habría dicho eso a mi padre, no entendí nada. Ahora lo pienso y quizás era lo que la inculcaron, recuerdo que su padre siempre nos comparaba. Con el tiempo dejo de ser mi mejor amiga porque todo era una competición, haber quien conseguía al chico que nos gustaba primero, quien sacaba mejores notas o era más popular, la recuerdo con una presión alucinante y yo no quiero hacer eso a bebebatallas. Pero se que hay gente que cree que fomentar cierta rivalidad o competitividad es bueno, así que ¿Donde está el límite?
Hay que formentar que se superen a sí mismos que hagan las cosas para sentirse orgullosos ellos, pero sin presiones y tampoco no por hacer felices a los demás. Esos niños que viven con esa presión creo que son infelices, siempre intentando contentar a los demás.
ResponderEliminarHay ciertas actitudes que nunca podré comprender. Hace poco realizando un taller con niños me decía una persona (teneis que ayudarles a que quede muy bonito, si queda feo no lo valorarán sus padres) pues si empezamos así.. mal vamos. Todo lo que hagan nuestros hijos hay que alabarlo, que se sientan orgullosos de lo que han hecho, esté más feo o más bonito, siempre, lo han hecho ellos con sui esfuerzo. Mi hija de 20 meses pinta unos garabatos y viene súper contenta a enseñarmelo, si yo pasara cómo podría sentirse? Así pasa que como le digo que es precioso, se va a la mesa pinta otro poquito y vuelve más contenta... A lo mejor ahora mismo no se entera demasiado, pero siempre gusta que tus padres te digan que es muy bonito, aunuqe sea un desastre (los has intentado al menos).
Creo que ese es el principio de la comtetitividad y de hacer todo perfecto.
A mi también me pasó que me separé de una amiga que se pasaba el día compitiendo y presumiendo de lo maravillosa que era, pero ella no tenía la culpa. Su madre era la que le inculcaba eso y ya tenía 15 años. No quiero ni pensar cómo será hoy en un puesto de trabajo.
A todos nos gusta presumir de nuestros hijos, es normal, pero sin comparar ni presionar. Conocemos una pareja con una niña que es un poco mayor que la nuestra y su madres siempre está.. pues mi niña ya sabe esto y lo otro y lo de más allá, pues felicidades, no lo soporto. Bueno me callo ya que si no me cabro y sigo escribiendo y escribiendo... y nunca paro. jejeje
Un beso para ese tuno guapo.
Por cierto la mía también revisa la compra de los demás de arriba a abajo. jajaj
Tengo un problema. vaya rollazo que he escrito.... jajajaj
EliminarEso no es un problema, jaja, que me encanta que comenteis. Es cierto que hay padres que compiten y a mi también me cabrea mucho. Es posible que lo hagan sin darse cuenta, creo que en general tendemos a compararnos con los demás.un beso
EliminarA mi siempre lo que me hace gracia es la típica conversación entre madres con niños más mayores sobre las notazas que sacan sus hijos: "El mío saca todo dieces..." pues vamos a ver si está en infantil o primaria digo yo que es normal que saque buenas notas ¿o no?, hay que fomentar que haganlas cosas bien y alabarlos cuando las hacen o lo intentan aunqeu el resultado no sea el adecuado pero nunca hay que estimularlos comparándolos con otros niños porque creo que eso a la larga tiene que crearles cierta frustración.
ResponderEliminarOdio las típicas conversaciones sobre lo que hace un niño o lo que hace otro porque al final todos terminan haciendo las mismas cosas antes o después.
Un día en el parque hablando con una madre se quedaba alucinada con la movilidad que tenían mis niños (eran muy pequeños), como corrían,saltaban y escalaban.... al final me salta: "Si, estoy viendo que son muy ágiles y todo, pero no hablan nada de nada...." yo le contesté con una gran bordería de las mías... un besote
jaja, me hubiera encantado oir la bordería. No se porque la gente tendemos a comparar y si creo que es un error, pero me temo que va a ser inevitable que oigan de alguien esos comentarios. Un beso
EliminarCoincido con la sugerencia del comentario anterior, se trata de que la competitividad sea con uno mismo, y de forma sana. El problema radica, yo creo, en que muchos padres tratan de competir y ganar "a través de sus hijos." Están compitiendo con otros padres, con la profe, con quien sea, y utilizan inconscientemente a sus hijos para ello. Lo cual deriva en que los hijos asuman un rol y unas actitudes que ni entienden bien ni eran necesariamente suyas, sino que por imitación acaban desarrollándolas y se convierte en un comportamiento poco saludable. Todos tenemos un lado competitivo y creo que es bueno, pero el límite para mi está en que te motive y te ilusione a hacer algo. Cuando la competitividad te lleva a desmotivarte si el resultado no es el esperado, o a sentirte mal (agresivo, nervioso, irritado...) mientras compites, algo falla creo yo. Un beso
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu comentario, totalmente de acuerdo. Un beso
EliminarA mí me encanta que Peque se supere a sí mismo día a día, pero de ahí a fomentar la competitividad, ni hablar. Creo que uno mismo ha de ser su propia medida para intentar hacer las cosas mejor, pasando de los demás.
ResponderEliminarBesotes!!
AY, que sabia, ¿sabre poner todo esto en práctica?. Un beso y gracias
Eliminarpues bastante competición hay en la vida ya como para encima alimentarla más en casa, ufff. la gente que tiene mucha competitividad luego tiene muy poca capacidad de admitir y gestionar la frustración (mira tu amiga cómo se puso...)
ResponderEliminarestoy con mo en lo de competir con uno mismo para superarse, con los demás como regla general mejor no.
un beso
Me temo que nos encontraremos en el colegio casos parecidos al mío... nos iremos preparando.Un beso
EliminarMe recuerda a cuando arbitraba futbol sala en juegos escolares, los niños sólo querían divertirse y los padres diciendo burradas desde la grada...
ResponderEliminarcomo dijeron en los primeros comentarios, lo mejor es motivarle a superarse a sí mismo, y a perder los miedos que pueda tener, luego, con otros niños que aprendan a colaborar
Lo de los padres en los equipos de futbol telita, yo también tengo recuerdos.. Una pena. Un beso
EliminarUfff...eso de proyectar las frustraciones en los hijos en una asignatura pendiente de muchos papás. Nosotras el otro día estuvimos en un cole de integración que trabaja por proyectos y con una metodología bastante "innovadora", ya que en ningún momento "fuerzan" el aprendizaje del niño y les permiten aprender a su ritmo. Nos decían que algunos papás, cuando llegaban allí, lo rechazaban en un principio porque eso de que los niños no supieran leer y escribir ¡en tercero de infantil! como que no entraba en sus cabezas. Y allí no les enseñan a ser autómatas sino a PENSAR. Y eso en nuestras sociedad, por desgracia, está muy mal visto.
ResponderEliminar¡Qué rico bebebatallas de tuno!
Un besito.
En general creo que la gente tenemos miedo a lo que se sale de la norma que nos han impuesto o hace el 90 por ciento de la población. Pero me parece interesante lo que comentas, debería haber más coles así. Un beso
EliminarMe imagino que cada niño tiene un nivel de superación, pero los padres influyen muuuuuucho en eso, y es que hay según quien que compara lo incomparable. Lo peor que he visto, ha sido echar a los niños a pelear... vamos que ni los animales....
ResponderEliminarBesitos!
Madre mía, nosotros todavía no hemos alternado con otros padres en parques o actividades pero me temo que habrá roces..Un beso
Eliminarhay que animarles a que se superen en las cosas que les gusta a ellos no en las que nos h¡gusts a nosotros, hay padres que apuntan a sus hijos a cosas que les hubiera gustado a ellos sin plantearse si sus hijos lo queiren o no.
ResponderEliminarEspero no transformarme nunca en uno/a de ellos/as,jajaaj
Por cierto el lunes tengo pendiente nomianr para unos premios y ya te digo que tu no faltarás,e!Alomjor ya los tines pero me hace ilu dartelo porque hace tiempo que te sigo.
EliminarUn beso
Muchas gracias, lo recogeré encantada. Un beso
EliminarEstas cosas que cuentas nos rodean por todos lados! Como los padres en los partidos de sus hijos... Yo también espero no convertirme en una madre así. Tu amiga tenía un buen cacao en la cabeza.
ResponderEliminarBesos
Yo lo veo algo generalizado por eso me da miedo convertirme en una más... Espero hacerlo lo mejor que pueda. Un beso
EliminarYo creo que eso es cuestión de como es uno...educar en la competitividad puede ser bueno hasta cierto punto, como una superación de uno mismo, pero cuando empieza a influir en la relación con los demás...malo.
ResponderEliminarA mi por lo menos no me educaron así, y la verdad es que lo agradezco, porque la gente competitiva (de verdad) me pone los pelos de punta.
Pues yo cada vez veo más gente competitiva, me temo que es la sociedad la que va marcando estas maneras de educar que se centran más en superar a los demás que en uno mismo. Un beso
EliminarLlevo días con esta página abiera en mi ordenador de casa, pero no termino de encontrar el momento.
ResponderEliminarQuería decirte que la competición es una cosa que se vive continuamente. Yo estoy a favor cuando se trata de individualidades, y me explico, cuando tratas de mejorar como persona, poniéndote uns objetivos que ir cumpliendo. En niños, no creo que se llegue a los extremos de ser competitivo y rival hacia los semejantes en las escuelas -o al menos, espero que no-. Luego, la educación que se les da en casa es la que determinará si el niño compite por sí mismo, o frente a los demás.
Del trabajo que hiciste con tu padre, yo también me quedo en que fue un momento conjunto, y que no es llevar un trabajo más bonito o más completo, sino la calidad del tiempo y la compañía. Me dio pena la amiga, desde tan pequeña, y con esas ideas...