Palabras

     Ya he comentado en más de una ocasión que a mi el tema lenguaje me preocupa porque Bebebatallas lleva un poco de retraso y aunque se que cuando no pare de hablar me subiré por las paredes, me encantaría que los niños ya nacieran hablando, para saber que les pasa y evitar tanto lloro y tanta angustia de que querrá o que le duele.
     Con estos antecedentes comprenderéis que se me está haciendo largo la adquisición del lenguaje y como parece que no avanzaba nada y el pediatra me dijo que le daba de margen hasta la siguiente revisión, me puse las pilas hace ya un mes y empecé a trabajar con libros de estimulación y a repetir como me dijo una compañera logopeda todas las onomatopeyas habidas y por haber. Que si el gato hace miau, que si la vaca muu, etc... Por más que repetíamos todos, incluidos los abuelos, no pasábamos del MUU y de un Beee perteneciente a la oveja que da un poco de miedito porque parece que Bebebatallas te vaya a vomitar encima. En resumen que repetimos y repetimos hasta la saciedad ciertas palabras o sonidos.
     El otro día teníamos una comida familiar y yo estaba de antojo, así que nos fuimos a comprar una bolsa grande de patatas fritas para ponerlas de aperitivo con otras cosas, las deje preparadas en la entrada de casa para que no se nos olvidaran al día siguiente.
     Un poco antes de las ocho de la mañana, oímos desde la cama como Bebebatallas daba unos pasos por el pasillo.
     Papabatallas me susurro al oído un : "Ya viene". Que yo contesté tapandome la cabeza con la sábana y un "quiero dormir".
     Cual es nuestra sorpresa cuando Bebebatallas no viene y empezamos a oír el sonido de plástico. "Las bolsas de la entrada" pensé, con cero ganas todavía de ver lo que pasaba, hasta que oímos claramente: "PA - TA-TA",.
     "¿Patata, ha dicho patata?, Uy, no creo" y salté de la cama literalmente porque el "no creo" era porque ya me estaba oliendo yo la situación. Sentado en la entrada de casa, a las ocho de la mañana me encontré a Bebatallas con una bolsa más grande que él de patatas fritas y la cara llena de grasa, me miró con esa sonrisa picara y de felicidad que tiene, me señaló la bolsa y me repitió "PA-TA-TA", mientras masticaba.
      No hace falta que os diga que me entró la risa, por su hazaña y por que manda narices que al final diga una palabra que nosotros no le habíamos enseñado ni repetido ni una vez.
     Buen fin de semana.