El fin de la escuela infantil

     La semana pasada recogí por última vez a Nenebatallas de la guarde y me dio mucha pena. Primero porque me gusta mucho el sitio, segundo porque soy un poco nostálgica y pienso en toda esa gente que he conocido y tal vez no vuelva a encontrarme y tercero porque Nenebatallas se me hace mayor.
     Parece mentira que hayan pasado diez meses, la experiencia ha sido muy buena, lo único malo han sido los virus, pero por lo demás el niño ha estado encantado.
     Cuando solicité la guardería pensé que esa o ninguna, porque mi madre o Papabatallas que estaba a turnos podían cuidarle y podíamos ahorrarnos ese dinero, si envié la solicitud a la junta fue porque Nenebatallas no se relacionaba con otros niños y porque le toca empezar el cole sin cumplir los tres años.
     Tengo varios recuerdos que me gustaría conservar:
     El primero es como pasó de nosotros el primer día de guardería, si íbamos preparados para llantos y gritos, resultó ser todo lo contrario, entró por la puerta, vio todo lleno de toboganes, motos y niños, empezó avanzar y no miró para atrás en ningún momento. Creo que nuestra cara debió de ser un poema.
     El segundo fue uno de los días que fui a recogerlo con mi madre, estaba sentado en un corro con la capucha de la cazadora puesta, pero sin abrochar ni meter las mangas y una bolsa de plástico con la ropa que se había mojado echa un nudo... recuerdo que tanto a mi madre como a mi nos inspiró una ternura infinita. Mi madre no paró de decir que parecía un mendigo e insinuó hasta la saciedad que el niño lo podía cuidar ella y no era necesario pasar por todo eso. (Ahora está encantada y cree que tengo que llevar a Pequebatallas).
     El día de su cumpleaños: Cuando fuimos a buscarlo los abuelos y yo, porque su padre trabajaba y salió con una corona y dibujos de todos sus compañeros, recuerdo su cara de felicidad inmensa.
     Y por último el fin de semana que nos trajimos a la mascota de la clase, un búho de peluche y tuvimos que dormir con él, llevarlo a la estación de tren, (lugar favorito de Nenebatallas), cocinar y jugar con el peluche a nuestro lado.
     Al final el resultado pese a las dudas creo que ha sido positivo, Pequebatallas espabiló mucho con el lenguaje, hemos conseguido que coma mucho mejor, es más autónomo y ha podido realizar actividades que nosotros en casa no habríamos hecho, como judo, hacer pan con un panadero, teatro, etc...
     Me da mucha pena que empiece el cole pero supongo que vamos cerrando etapas para comenzar otras nuevas, igual de atractivas.
     Pasarlo muy bien si estáis de vacaciones. Un beso